Algo nuevo está brotando, ¿no lo veis?

Por: Secretariados de Formación y Espiritualidad de Vita et Pax.

El tiempo pasa deprisa, a veces, demasiado. Pero no podemos dejar que se estanquen en el olvido acontecimientos importantes que nos ayudan a SER.  El día 8 de diciembre pasado, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, Vita et Pax celebraba sus cincuenta años de presencia en Rwanda. Hacía cincuenta años que llegaron las tres primeras pioneras de Vita et Pax a Rwanda, una de ellas continúa aún allí como testigo de primera línea.

Fue una celebración sencilla, cálida y entrañable, festiva y tierna, de mirada al pasado con un horizonte amplio de futuro. Victoria Cañas, Directora General, enviaba un mensaje de cercanía y agradecimiento. En él decía: ¿Qué les impulsó a dejar su tierra y partir a tierras lejanas? No sé si ninguna de las tres había pensado en ir a África alguna vez pero el Instituto y, sobre todo, el  Padre Cornelio, tuvo un gran sentido de universalidad desde los inicios y allí llegaron como enviadas a ser signo de vida y paz.

Posteriormente fueron pasando otras muchas, creo que más de una veintena, metidas en el  campo social, de enseñanza, sanitario y promoción, sobre todo, de jóvenes y mujeres. Hemos podido compartir con ilusión una etapa de nuestra vida con vosotras y vuestro pueblo, en medio de aventuras, alegrías, gozos, inquietudes, malos ratos y sufrimientos, porque de todo ha habido. Siempre he creído que África y sus gentes tienen espíritu de atracción, y solamente si una se siente seducida puede permanecer.

Hoy, caminamos conjuntamente con vosotras, rwandesas, que atraídas por Jesús decidisteis seguir el mismo camino que nosotras para darle respuesta. También a vosotras se os ha transmitido el mismo Carisma, y hoy forma parte de vosotras, y en la medida que lo hagamos nuestro, nos irá configurando conforme al ser y hacer de Jesús, teniendo sus mismos sentimientos, actuando como Él actuaba, teniendo en cuenta sus preferencias. En definitiva, estando en el mundo con los ojos y el corazón de Dios, con una intensa relación con Dios y disponibles siempre para los otros.

Que éste, sea un día  de Acción de Gracias por todo lo compartido y vivido junto a vosotras y vuestro pueblo. Que sigamos echando raíces juntas, respetándonos en nuestra diferencia, en nuestros ritmos y modos de hacer, pero siendo siempre presencia del Ser más profundo de Dios: misericordia y fuente de Vida.

Feliz día a cada una de vosotras y no olvidéis que algo nuevo está brotando, ¿lo veis?

¡Y claro que lo veíamos!

Todo el día se convirtió en acción de gracias por lo vivido en estos años; por la valentía de aquellas sencillas mujeres que, movidas por el Espíritu, llegaron a esa tierra “donde mana leche y miel”; gracias por todas las que les siguieron en una cadena ininterrumpida hasta hoy. Gracias por las compañeras rwandesas que, con gran generosidad, se han ido incorporando a esta aventura y gracias por las que van a venir. Gracias al padre Cornelio, artífice de toda la construcción y buen mediador y transmisor del Carisma. Y gracias al pueblo rwandés que quiso acogernos y hacernos suyas.

Ciertamente algo nuevo está brotando y lo vemos.

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