Hoy nos ha nacido un Salvador

Hoy os ha nacido un Salvador

Hoy nos ha nacido un Salvador

Por: María Auxiliadora Fernández.
Grupo Mujeres y Teología. Ciudad Real

Natividad del Señor  2012

“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande”
(Is. 9,2)
“Ha aparecido la gracia de Dios”
(Ti. 2,11)
“No temáis, os traigo una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy os ha nacido un Salvador”
(Lc. 2, 10-11)

Los Profetas, casi siempre suelen tener razón. Lo que anunciaron se cumplió entonces y se sigue haciendo realidad en nuestros días. Nuestro mundo camina en tinieblas, la mayoría de ellas impuestas por quienes encienden cada día sus luces cegadoras, provocando multitud de oscuridades, fruto de un modelo económico empeñado en poner en primer lugar el máximo beneficio de unos pocos, a costa de machacar a la mayoría.

En este tiempo tan recio y tan espeso, un pueblo –nuestro pueblo-  camina entre tinieblas, y  todo apunta a que quienes tienen en sus manos el “Imperio”, no quieren abrir ventanas a la LUZ. ¡Y así nos va!

Así les va sobre todo, a quienes están padeciendo las consecuencias de tanta oscuridad como nos envuelve: Cuántas vidas rotas; cuántos rostros doloridos; cuánto llanto inútil; cuánta muerte, cuánta sin-razón….. La lista de rostros destrozados se alarga sin medida, pareciera que no va a tener fin.

Pero la Palabra emerge de nuevo en medio de la noche, y nos recuerda que existe una “LUZ GRANDE”, esa que no deslumbra, sino que alumbra encendiendo el corazón, iluminando la mente, calentando el alma… de quienes hemos optado por acoger la LUZ que se regala en un “Establo”.

Y aparece también la “Gracia de Dios que trae la salvación”, rica de bondad, repleta de ternura y rebosante de esperanza; ya no está escondida, se nos regala y nos habita y ha mostrado su rostro en una personilla débil y frágil. Así es nuestro Dios: Un “trastocador” de planes; bien lo dijo la Mujer que lo acogió en sus entrañas: “Derriba los poderosos de sus tronos y ensalza a los humildes”.

Hoy os ha nacido el Salvador

Un Dios que además, nos quita cualquier miedo: “No temáis, os traigo una Buena Noticia”. Se acabaron los miedos. Es posible otro mundo, porque en Belén se hace posible lo imposible. Y esto no es un cuentecillo. Es la razón profunda de nuestra fe. Nada está perdido, mal que les pese a “los mercados” y a sus vasallos “mercaderes”. Es nuestra hora, la de quienes creemos en el Dios nada-poderoso.

Vayamos a toda prisa al Pesebre; no hay tiempo que perder; nos empuja el dolor del mundo, hecho nuestro en los márgenes de la historia -siempre en los márgenes-; la esperanza de saber que un Niño está de nuestra parte; nos lanza al compromiso una Luz en medio de la noche. Poco importan los costes de la entrega, los sudores de la lucha, los escasos resultados visibles….. ¡Importa la VIDA!

¡Es NAVIDAD, con esto basta!

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