La familia aumenta

Por: M. Carmen Martín. Vita et Pax. Madrid

La familia aumenta. La semana pasada tuve la suerte de participar en el encuentro del nuevo grupo de Vida y Paz que se ha formado en Alicante. Se reúnen los segundos martes de cada mes y, por el momento, el grupo lo componen cinco mujeres más otras dos que acompañan de Vita et Pax. Había muy buen ambiente, confianza y naturalidad. Parecía que se conocían de toda la vida, compartieron su historia personal y su experiencia de Dios, desde lo hondo.

Desde el Instituto Vita et Pax, una vez más, volvimos a presentar nuestra oferta, ofrecimos lo mejor que somos y tenemos: nuestro Carisma y Misión para que lo vivan desde su propia condición laical. Este fue un sueño que surgió casi al mismo tiempo de fraguarse Vita et Pax como Institución, la inquietud de que este regalo, que teníamos y disfrutábamos, no era sólo para nosotras. Y,  en la actualidad, son ya casi doce años los que han transcurrido desde que los primeros grupos Vida y Paz se iniciaron.

Cualquier Carisma es, en realidad, un camino concreto para vivir el Evangelio. Este camino será el elemento unificador, el puente que nos permitirá el encuentro con todas las personas que se sientan llamadas a vivir esta misma aventura.

El espíritu que nos anima en este proyecto es el que nos dejó el Concilio. El Concilio Vaticano II nos ofreció la eclesiología de comunión donde todos los miembros de la Iglesia se reúnen y sobre la que se establecen sus relaciones y su estrategia para servir a la misión común. Es decir, no buscamos establecer relaciones de dependencia sino de comunión.

Es una suerte el que tengamos ya mucho camino andando en común porque nos movemos en el ámbito de la secularidad. Somos un Instituto Secular, es decir, somos laicas que queremos compartir Carisma y Misión con otras laicas y laicos; de ahí, que la Teología del laicado sea la base de la cual partimos.

No tenemos prisa, las cosas de Dios van despacio. Somos conscientes de que los tiempos que corren nos llevan a ponernos ante el misterio del grano de mostaza del Evangelio y obrar desde su maestría (Lc 13,18-19). No pensamos en grandes grupos ni grandes proyectos. El grano de mostaza enseña a crecer con lentitud, a esperar y a depender de la bondad del terreno, de que no haya zarzas ni piedras en exceso…

Avanzamos sin prisa, sí, pero con esperanza. Estamos convencidas de que el Espíritu nos convoca e impulsa, barruntando que algo nuevo está naciendo… y ya lo notamos… (Is 43,18). Ese algo nuevo que nace hoy, es este segundo grupo de Vida y Paz en Alicante. ¡Bienvenidas a vuestra casa!

La familia aumenta

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