“Y cuando la curva del contagio baje
y los gobiernos anuncien que ‘lo hemos conseguido’,
por favor,
no volvais a la inmortalidad,
no os pongais otra vez el traje de invencibles,
de inquebrantables,
de insufribles.
No olvideis lo que habeis sentido,
por favor,
sed vulnerables para siempre,
seguid cantando en los balcones,
seguid aplaudiendo a las señoras de la limpieza,
a las cajeras, a vuestras madres.
No olvideis que solo sois humanos,
que sois frágiles,
que sois finitos,
y cuidad la vida, el planeta
y a todos los seres del mundo
hasta el día de vuestra muerte
como si hubierais aprendido algo”.
(JULS HEME)