“Todos necesitamos del Perdón”.

Domingo XXIV TO.

Por: Carmen Nieto Mujeres y Teología. Ciudad Real.

Todos necesitamos del perdón

 

Todos necesitamos del Perdón. En la lectura de hoy, en el libro del eclesiástico, se nos dice que una persona vengativa es contraria al plan de Dios. Guardar rencor e intentar vengarse no es la actitud con la que podamos caminar en la senda que Dios nos marca. Parece ser que hay que perdonar a las personas que se equivocan y nos hacen daño.

Todos somos imperfectos y cometemos errores, por eso no conviene vengarse y llenarse de odio, sino que hay que ser compasivo, como nos gustaría que fueran con nosotros y como es el Señor; El Señor es compasivo y misericordioso, nos dice el salmo, y claro, no puede ser de otra manera, el reino de Dios no puede estar lleno de rencor, sino de ternura, de esa ternura que nos viene de Dios y nos ensancha el corazón, nos llena de gracia, de buenos sentimientos, nos libera de la carga. Porque vivir en el Señor es vivir para los demás, dejando lejos el egoísmo, el hedonismo, el individualismo y pensando en lo común, en el bienestar general, en el bien de mis hermanas y hermanos. La dificultad viene cuando me hacen daño y me hacen sufrir y estas ideas no son tan fáciles de llevar a la práctica.

Escribirlo, decirlo, pensarlo, queda muy bien, y la mayoría estamos de acuerdo con ello, pero claro; ¿Cómo perdonar a una persona que te ha herido? ¿Cómo olvidar el daño que te produce ese dolor? Y además, no sólo hay que perdonar una vez, sino hasta setenta veces siete, dice el Señor. Todo un desafío y, me atrevo a decir, casi un imposible.

Aunque no tenemos que olvidar que el perdón es un camino que dura toda la vida, y que ayuda a sanar a las personas heridas o las que están sufriendo. La persona que perdona seguramente haya sido perdonada antes, y esa experiencia, la de sentirte perdonado, es la que te ayuda a perdonar a ti también.

En un mundo donde algunas personas producen tanto dolor a otras, ¿cómo no vamos a potenciar el perdón? Hay mucha gente que sufre, y son otros muchos los que provocan ese sufrimiento. A veces se toman decisiones sin pensar en los demás y en “sus dolores”, y con nuestros actos provocamos daño a otras personas. La mayoría de las veces el dolor que nos provoca el sufrimiento que nos han causado nos impide perdonar.

El Reino de Dios es un Reino que no tiene lógica, por eso se nos pide algo tan complicado, pero tan común en las conductas humanas.

Jesús es claro: hay que perdonar de corazón al hermano y la hermana, ese es el gran reto, ese es el objetivo; poner amor, un amor que sane, que perdone, que libere… ¿seremos capaces de perdonar?

Le pido al Señor que nos ayude a iniciar ese camino y nos empuje a caminar por él, porque en el momento que seamos capaces de ir atravesándolo seremos más conscientes de su Reino de Amor.

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