Un retiro muy especial

Por: Secretariados de Formación y Espiritualidad

En el corazón de la Cuaresma y de las fiestas falleras, el Centro de Pintor López (Valencia) realizó su habitual retiro de preparación para la Pascua. Estas fechas ya, de por sí, le proporcionan sonidos, olores, colores… especiales.

Retiro muy especial
Acogida
Retiro muy especial
Reencuentro

Nos reunimos diecisiete personas: las componentes del Centro que son once, más otra compañera de otro Centro que se unió, una amiga también quiso participar y tres personas que, en otro tiempo, fueron compañeras de Vita et Pax y, en un momento de su vida, sintieron que esa no era su llamada de Dios y emprendieron la búsqueda de otros caminos. Esta variedad de participantes también contribuyó a que fuera especial.

El tema de reflexión tampoco fue el habitual para este tiempo: “… os lo repito, estad alegres”: Flp 4,4. Año tras año, con incuestionable regularidad, llega la Cuaresma y con ella trae asociadas toda una serie de palabras en la mentalidad creyente: conversión, desierto, tentación, oración, ayuno, limosna… Y este año, también, alegría. Los seres humanos estamos creados para la alegría… todos, todas y siempre. La alegría de vivir, del vivir con sentido, la alegría de la propia dignidad, la alegría de encontrar el lugar en el mundo… Este puede ser nuestro camino cuaresmal 2015: ser cristianos, hombres y mujeres, alegres.

El Papa Francisco no se cansa de invitarnos a la alegría, a quitar de nuestro rostro, de una vez por todas, la “cara de vinagre” (EG85). Ya mucho antes San Pablo nos invitaba e insistía en lo mismo: “Estad siempre alegres en el Señor…” (Flp 4,4). Pero cómo podemos estar alegres con la que está cayendo. Cómo estar alegres con la situación de dolor que vive nuestro mundo, con la crisis que estamos padeciendo, con el número de personas paradas que hay en nuestro país, con las vallas que separan y matan, con el hambre reflejado en la mirada de los niños…

Tanto San Pablo como el Papa conocen la situación de su época y, a pesar de ella, o, tal vez, junto a ella, nos siguen llamando a la “alegría”. Una alegría que no es euforia fácil, ni risa floja, ni ilusión superficial des-implicada, ni un estado provisional o efímero de bienestar… Es más bien, un encontrar sentido, causas y un horizonte hacia el que avanzar. Es saber lidiar con la vida en su complejidad. Es la alegría del riesgo, de la mano tendida y del abrazo tierno, aun en medio del sufrimiento… Esta alegría es contagiosa, se contagia, hace ir adelante… Un crucificado resucitado es la causa de nuestra alegría.

Retiro muy especial
Eucaristía

Después de una larga reflexión y oración personal tuvimos un rico compartir y como colofón la celebración de la Eucaristía. Pero no terminamos ahí, aún faltaba una sorpresa, los típicos buñuelos y chocolate de estas fiestas. Así, con el corazón y el cuerpo caldeados nos dispersamos en dirección a nuestras vidas cotidianas.

Buñuelera mayor
Buñuelera mayor
buñuelos
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