Domingo XXII del TO
Por: Sagrario Olza. I.S.Vita et Pax in CJ. Pamplona
Textos Litúrgicos:
Eclo 3, 17.20. 28-29
Sal 67
Heb 12, 18-19. 22-24
Lc 14, 1. 7-14
“Humildad”
Humildad, en principio, parece una palabra y una actitud en desuso. Por el contrario, la humillación tiene plena actualidad, en actitudes y palabras denigrantes de quien las realiza o recibe…
Aparte de lo que nos puede decir el Diccionario de la Lengua Española escuchemos la Palabra de Dios en este Domingo 22 del Tiempo Ordinario que nos habla de la humildad.
La primera Lectura nos recomienda actuar con humildad “en tus quehaceres”, es decir: “en tu vida”… Y practicar la humildad tendrá una recompensa: “Te querrán más que al hombre generoso”.
En el Evangelio vemos a Jesús invitando a la humildad, remarcando al mismo tiempo, la humillación propia del que ha querido darse una importancia que no le correspondía. Por el contrario, el humilde ha sido premiado, “enaltecido”.
Pero no se trata de premios o castigos. La humildad debería ser nuestra actitud propia y permanente por el hecho de ser criaturas: limitadas, frágiles y dependientes. Por la fe reconocemos a nuestro Creador; por nuestra fragilidad, dependemos de la Naturaleza y de los otros humanos. Este reconocimiento no nos empequeñece sino que nos lleva a reconocer y agradecer lo que somos: imágenes de Dios, capaces de “ayudarle a desarrollar y dar continuidad a este mundo”, aportando nuestras posibilidades personales que se “intercomplementan” con las de los demás y hacen posible nuestra propia existencia.
Esto lo reconoce un Himno de la Liturgia de las Horas: Laudes del Domingo de la Semana IV del Tiempo Ordinario:
“Y tú te regocijas, oh Dios, y tú prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas;
y estáis de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.”
Humildad supone, por tanto, actitud de servicio. Recordemos también el relato del Evangelio de Juan en el capítulo 13 que nos narra el Lavatorio de los pies: “Si yo, siendo el Señor y Maestro… también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo.”