III Domingo de Adviento
Por: M.Carmen Martín. I.S. Vita et Pax in CJ. Madrid
Textos Litúrgicos:
Is 35, 1-6.10
Sal 145
St 5, 7-10
Mt 11, 2-11
Lo Imposible Se Hace Posible
Hoy, con toda la Iglesia, celebramos el domingo de la alegría. Y con la que está cayendo en el mundo y seguro que también en las historias personales de quienes estamos leyendo este comentario, nos podemos preguntar si no está fuera de lugar esta celebración de la alegría. Sin querer hacer una enumeración exhaustiva no podemos dejar de recordar: guerras y genocidios que no cesan, personas y pueblos condenados a morir de hambre, la violencia obscena contra las mujeres, políticas de terror, la corrupción, la pérdida de credibilidad de las instituciones, incluida la Iglesia, diversas situaciones personales de enfermedad repetida, paro, separaciones…
Con tanto sufrimiento real y concreto ¿no puede resultar ofensiva esta ‘apología de la alegría’? Pues sí:
- Es ofensiva la alegría inconsciente de la despreocupación.
- Ofensiva la alegría de la superficialidad.
- Ofensiva la alegría de la autojustificación.
- Ofensiva la alegría de quien se mantiene a las puertas de los dramas de las otras personas.
- Ofensiva la alegría de la palabra fácil.
- Ofensiva es la alegría de quienes esperan soluciones caídas del cielo sin implicación personal.
Pero el profeta Isaías no se cansa de repetirlo una y otra vez: lo imposible se hace posible, lo estéril florece y germina, se fortalecen las manos débiles, se afianzan las rodillas vacilantes… porque nuestro Dios viene en persona y nos salva; y entonces, quedan atrás la pena y la aflicción.
Podemos seguir haciendo posible lo imposible y vivir una alegría que es altamente sanadora, que tiene sólidas raíces y prolongadas ramas como un tronco centenario:
- Es sanadora la alegría de quienes se empeñan en poner vida allí donde parece que nada bueno puede brotar.
- Es sanadora la alegría de quienes van tejiendo con su vida y otras vidas una “mística de la gratuidad”.
- Es sanadora la alegría de quienes practican la desobediencia. La desobediencia al sistema y permanecen en la inseguridad y el riesgo de la no colaboración.
- Es sanadora la alegría de quienes luchan por una Iglesia más evangélica, más sororal, más inclusiva… hasta que la igualdad se haga costumbre.
- Es sanadora la alegría de quienes, desde la fe, ponen sus vidas como barro en manos del alfarero, dejándose hacer por Dios, en el camino de la vida.


