Domingo XXV del TO.
Por: Luís López. Presbítero. Alicante

Textos Litúrgicos:

Sab 2, 17-20
Sal 53
St 3, 16. 4,3
Mc 9, 30-37

“Es El Día De Jesús”

 

Hoy es el “Día del Señor”. Es el día de Jesús. La Palabra del Evangelio nos ofrece una grn enseñanza de Jesús. Nos habla de su vida y de su ejemplo: del camino que él tiene que recorrer para cumplir la voluntad de Dios. Jesús se sincera con los amigos y les habla de lo que le espera en Jerusalén, para cumplir la voluntad del Padre: “El Hijo del Hombre va a ser entregado, lo matarán pero vencerá resucitando”.

Pero ellos no le entienden. Ellos, tan humanos, están en otras ambiciones y preocupaciones. No están para sufrimientos. Piensan en el éxito, en el triunfo y el poder. De eso discutían por el camino. Y Jesús, con la paciencia que tenía los tiene que reunir y explicarles lo que él piensa, cuál es su doctrina y el Espíritu que quiere comunicarles. Si le siguen, en la fe y en la vida, tienen que fijarse en su vida y en su enseñanza. Y les da dos consejos, que nosotros hemos de recibir también hoy.

Primero: “El que quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos”. Jesús rompe nuestros esquemas, por eso nos cuesta tanto, a veces, comprenderlo y aceptarlo. Escuchamos su Palabra pero no la llevamos a la práctica. A Jesús le falta que pongamos de nuestra parte, le falta nuestro granito de arena que aunque sólo sea un granito, todos sabemos que los granitos de arena forman una gran playa donde disfrutar caminando por ella.

Segundo, les pone un ejemplo: pone a un niño en medio. Y les dice: para entrar en el Reino de Dios hay que hacerse pequeño, insignificante, como un niño.