Comienza Una Nueva Vida

Comienza una nueva vida
Pascua de Resurrección del Señor
Por: Dionilo Sánchez Lucas. Laico. Ciudad Real

 

Textos Litúrgicos:

Hch 10, 34a. 37-43
Sal 117
Col 3, 1-4
Jn 20, 1-9

Comienza Una Nueva Vida

“Los apóstoles… tienen la certeza que Jesús el Hijo de Dios ha resucitado, comienza una nueva vida.”

Después de la muerte de Jesucristo todo había terminado, debía haber sido un sueño o pura fantasía, con un final desgarrador, cruel, inhumano, triste, desesperado, que invitaba a volver a la cruda realidad sin que nada hubiera cambiado, volver a echar las redes para obtener los alimentos para seguir viviendo, volver a casa a vivir lo nuestro.

María Magdalena es la primera apóstol, es la escogida por Jesús para entender la escritura. Es la mujer inquieta, la que no podía dormir pensando en todo lo que había supuesto su encuentro con Jesús, la vida que había compartido, las enseñanzas que había recibido, la amistad que había permanecido. En su corazón sentía un hormigueo y en su pensamiento una esperanza, que la hizo salir de casa, por la noche, sin miedo, sola o acompañada por otra mujer como ella, para estar al amanecer con Jesús.

Al instante no profundizó en lo que había acontecido, los deseos de comunicar lo ocurrido la llevaron a salir corriendo, al encuentro con la comunidad de los apóstoles. En busca de Pedro, el elegido por Jesús como roca sobre la que edificaría la iglesia, y de Juan, el discípulo amado que lo acompaño hasta la cruz.

Pedro y Juan también en su interior estaban impacientes, por eso salieron corriendo hacía el sepulcro, todavía con algo de miedo, pero con esperanza. Así vamos nosotros por la vida, encontrándonos con la realidad que a veces resulta difícil por el hambre, la enfermedad, el odio, el egoísmo y la injusticia, pero con deseos de ayudar a cambiar lo que está mal, con esperanza de una vida digna para todos.

“Juan entró en el sepulcro, vio y creyó”. Juan tuvo que ver que Jesús no estaba en el sepulcro para comprender todo lo que Él les había manifestado, para abrirse a la fe, para entender el sentido de las escrituras, para saber que Jesucristo ha resucitado.  Qué difícil es creer sin antes haber visto, bien que se lo recordó a Tomás: “Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”.

Los apóstoles recuerdan el tiempo vivido al lado de Jesús, sienten el aire del Espíritu de Dios, comprenden la escritura y sus enseñanzas, tienen la certeza que Jesús el Hijo de Dios ha resucitado, creen en Dios Padre, comienza una nueva vida.

Empieza la tarea para los discípulos, ser testigos de lo que han visto y oído, contar la historia más grande jamás contada, dar a conocer a Jesús, el ungido de Dios que pasó haciendo el bien, curando a los enfermos, consolando a los afligidos, saciando a los que tienen hambre y sed de justicia, amando a los enemigos, perdonando a los pecadores.

El espíritu de Cristo resucitado los envía a predicar y anunciar el evangelio. La alegría de la resurrección hay que compartirla, es el principio de una nueva forma de vivir, es desear encontrarse frente a Jesús y querer seguir sus pasos, es un cambio en nuestro corazón, es amar hasta entregar la vida, es dar gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres. ¡Jesucristo ha resucitado! Gracias Padre por estar junto a nosotros, para permanecer en la fe sin haber visto.

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