“Pueblo de Dios en Salida”. “Hacia un renovado Pentecostés”
Por: Paky Lillo. Vita et Pax. Alicante
Los días 14, 15 y 16 de febrero acudimos al Congreso de Laicos que se celebraba en Madrid en el Palacio de Cristal, situado en la Casa de Campo. Ha sido un fin de semana desde el viernes tarde hasta la comida del domingo.
En la ponencia inicial nos hablaron de un breve recorrido sobre el laicado, desde el Concilio Vaticano II hasta la situación actual del laicado en nuestro país, de las dificultades y límites, de los retos y desafíos; de Nuestra Vocación Laical.
Es un Congreso que quiere ser un encuentro, de escucha recíproca, diálogo y discernimiento a la luz del Espíritu Santo; podríamos decir que más que “congresistas” somos “enviados”. Para alcanzar nuestro objetivo, nuestro Congreso quiere ser “una experiencia del Espíritu (IL 5), desarrollada en un proceso sinodal, espiritual y de discernimiento (IL 6), a través de la escucha humilde y el diálogo sincero entre todos (IL 9-10). Comunicador de la ponencia: José Luis Restán.
El Congreso, después del trabajo realizado en las diócesis, se planteó la necesidad de responder a la pregunta de: qué caminos habría que recorrer y qué se necesitaba para ello. Y de esta reflexión se perfilaron tres preguntas: ¿Qué actitudes convertir? ¿Qué procesos activar? ¿Qué proyectos proponer?
Las reflexiones, diálogos y respuestas fue el trabajo a realizar durante todo el Congreso. Se desarrollaron a través de los itinerarios planteados con el fin de responder a lo que estamos llamados, a vivir la corresponsabilidad real dentro de la Iglesia… “Posibilidad de discernir nuevas formar de participación: ministerios laicales, estructuras orientadas a la presencial social… subrayando que participación debe ser lugar de encuentro y comunión, sintiendo la pertenencia a la Iglesia…”.
Nos distribuyeron en itinerarios de trabajo para el Congreso:
1.- Primer anuncio. Donde se intenta subrayar que la propuesta cristiana sigue siendo hoy imprescindible para la liberación de la persona y para la humanización de la sociedad.
2.- Acompañamiento. Porque todos hemos de ser acompañados en el camino de la fe y todos somos llamados a acompañar a nuestros hermanos/as.
3.- Procesos formativos. La formación es un elemento imprescindible para la vivencia de la fe y es también un cimiento necesario para el testimonio y el compromiso público.
4.- Presencia en la vida pública. Para recuperar la conciencia de la dimensión social de nuestra fe y promover que nuestras comunidades sean auténtica iglesia en salida.
Fueron itinerarios abiertos con dimensiones que se reclamaban y alumbraban las unas a las otras.
Estuvimos cuatro de nuestro Instituto
Estuvimos cuatro de nuestro Instituto: Teresa Miñana, Pili Riera, Charo Marti y Paky Lillo, cada una de nosotras estuvo en un itinerario diferente intentando abarcar la globalidad, o hasta donde fuera posible.
Deciros que mi experiencia ha sido muy rica. Me parecía estar en una microsociedad donde la violencia y los enfrentamientos no existían. Es cierto, todo se desarrolló sin ningún tipo de sobresalto, sólo el de la música que nos acompañó en todo momento, y donde el diálogo y la escucha eran los puntos principales y los que estaban en la base de nuestro encuentro.
Se hizo mucho hincapié en la alegría, en la cordialidad, en el respeto… y fue posible. Todos estábamos a gusto y las relaciones eran muy fáciles de establecer, y dentro de un contexto que facilitaba el conocimiento y el compartir.
Realmente el Espíritu estaba allí.
Un abrazo y agradecimiento grande por la posibilidad de asistir.
Nota: la documentación podéis bajarla desde la página web “Pueblo de Dios en Salida” y los vídeos de las ponencias y experiencias compartidas están colgados en YouTube.