Por: Secretariados de Formación y Espiritualidad de Vita et Pax.
Del 28 de marzo al 2 de abril celebramos en Rebero (Kigali) la primera convivencia de Vita et Pax Ruanda del año 2016. Un lugar precioso y un personal acogedor y familiar que nos hicieron la estancia muy agradable.
Por estar celebrando el año jubilar de la misericordia nos centramos en el Evangelio de San Lucas. En concreto, profundizamos en la parábola del Hijo Pródigo (Lc 15,11-32). Un hijo pródigo que se decide a volver con su padre porque ya tenía experiencia de que el padre perdonaba y que, aunque él, hubiera perdido la calidad de hijo su padre no había perdido la calidad de padre. Y un hijo mayor que se enfada. Un enfado producido no por la acogida al hijo pródigo sino por la fiesta, la desmesura del padre en la acogida. La parábola no concluye, es como si nos dijera: y tú, cómo reaccionas.
La metodología fue muy participativa, con charlas, tiempo de trabajo en pequeños grupos y puesta en común, donde se enriquecía lo que cada una había aportado.
La celebración de la Eucaristía era un momento privilegiado del día. La liturgia pascual, con los cantos y danzas característicos de la cultura ruandesa, nos caldeaba el corazón y, como a los discípulos de Emaús, nos ayudaba a reconocerlo al partir el Pan.
La noche era el momento del encuentro festivo donde el chocolate, las risas y confidencias no faltaban.
Agradecemos a Dios y al propio Instituto estos espacios de encuentro personal, comunitario y, sobre todo, con Jesús Resucitado. Un encuentro que nos llena de energía y nos envía a nuestros trabajos y vida cotidiana para seguir siendo testigos de Vida y de Paz.
Desde Ruanda mandamos a nuestras compañeras de Vita et Pax en España un abrazo grande