Crónica Convivencia
Por: Chus Laveda. Vita et Pax. Guatemala
Un año más, al llegar el mes de diciembre, nos hemos reunido todas las que conformamos el Centro de Vida y Paz en Guatemala, para tener nuestra Convivencia anual.
Iniciamos nuestro encuentro el día 8, fiesta de la Inmaculada y celebración entrañable para toda la familia del Instituto. Es un primer día de encuentro, acogida de unas y otras, organización y presentación del programa que, durante nueve días, nos va a tener entretenidas, aprendiendo, escuchando, dialogando, compartiendo, celebrando… todo ello con el objetivo de mantener viva la reflexión de lo que acontece en el país, los problemas y preocupaciones más acuciantes de las gentes con las que compartimos la vida, los proyectos y misión institucionales. Este año, de manera especial, temas y reflexiones preparatorias a nuestra próxima Asamblea General. Y entre unas tareas y otras, celebramos la significación de este día para todas nosotras agradeciendo la vocación recibida y la inserción en esta familia cuyo carisma nos llena el alma y da sentido a la misión y a nuestra presencia en Guatemala.
Hemos tenido tres días dedicados a temas muy actuales y que nos mantienen atentas a la realidad que hoy se vive aquí y que es necesario conocer, para poder ofrecer un mejor servicio a los grupos y comunidades con los que compartimos vida y trabajo. Acompañadas de profesionales expertos hemos analizado la realidad sociopolítica de Guatemala, en un contexto más amplio, dentro de la globalidad mundial; la situación de las mujeres como grupo vulnerable de esta sociedad que las invisibiliza, violenta y agrede en su propia dignidad de personas; las agresiones que nuestro planeta, la casa común está sufriendo y que hacen de ella un espacio dañado, vulnerable, al que hay que escuchar en su grito doloroso y en el que se nos invita a sabernos parte del mismo, colaboradoras y no dueñas y depredadoras de sus bienes.
Hemos dedicado varios días a reflexionar, repensar y tomar conciencia de la importancia que significa nuestra próxima Asamblea, nuestra responsabilidad en la misma. Mediante propuestas de trabajos y temas de reflexión hemos ido adentrándonos en su significado. Se nos ha invitado a visualizar y reconocer este tiempo como una nueva oportunidad de crecimiento, de cambio y acogida de nuevas posibilidades de ser y estar como seguidoras de Jesús comprometidas con el Reino de Justicia, Vida y Paz, en donde reconocer el paso de Dios por nuestras vidas y nuestro Instituto.
También hemos dedicado tiempo a la evaluación del Proyecto que, como Centro, nos comprometimos en trabajar durante este año 2018 y, desde todo lo visto y reflexionado sobre los temas propuestos y los trabajos a realizar sobre la Asamblea, planificar el Proyecto 2019, así como programar y calendarizar los encuentros que durante este nuevo año vamos a realizar.
Ha habido momentos oracionales entrañables, donde hemos ido desgranando, en voz baja, nuestras preocupaciones, tareas y esperanzas, pidiendo que la Ruah, las haga fecundas y nos dé la energía que necesitamos para seguir empujando la vida y construyendo la paz, en este rincón de C.A. llamado Guatemala. Sabemos que son tiempos difíciles, pero no estamos dispuestas a que nos rompan la esperanza…
Y de regreso a casa, a nuestros lugares de trabajo y servicio, sabedoras de que no estamos solas, apoyadas unas en otras, y fortalecidas por el sueño común de ser Vida y Paz, profetas y testigos del Reino iniciado por Jesús de Nazaret.