Domingo 25º del T.O. Ciclo B
Por: Ascensión de Vicente. Vita et Pax. Pamplona
De qué discutíais por el camino
Los textos litúrgicos de este XXV Domingo del tiempo ordinario, nos ofrecen la posibilidad de reflexionar sobre la importancia de la escucha del Señor, que tanto en la primera lectura del libro de la Sabiduría, como en el Evangelio podemos contemplar.
El libro de la Sabiduría nos presenta al justo acechado por los de su tiempo, pues lo que plantea les resulta incómodo y se dicen “que si es el justo hijo de Dios, él lo auxiliará”. Este texto leído desde el Nuevo Testamento nos muestra a Jesús el justo por excelencia, subiendo a Jerusalén donde será condenado por los Sumos Sacerdotes porque su doctrina, sus enseñanzas les resultan incómodas.
Jesús aprovecha el tiempo del camino, (hoy nos sería difícil por las velocidades de los medios de transporte) para “instruirlos”. Para Él, es sumamente importante el ir preparándoles para lo que se avecina: “El Hijo del hombre va a ser entregado, lo mataran y a los tres días resucitará”. Les preguntó: ¿De que discutíais por el camino?”. No se atrevían a contestarle por lo absurdo de su discusión, “¿quién será el mayor en el Reino de los Cielos?”. Hoy podríamos traducir esta frase por, ¿quién será el mayor, el de más poder, el que más tiene aquí y ahora? A cada uno de nosotros toca dar respuesta a esta pregunta.
A los creyentes se nos plantea un gran dilema, ante el dolor, las dificultades personales o sociales, el cómo afrontar la enfermedad, la soledad, las injusticias sociales el hambre en el mundo, el paro, los desahucios, la violencia de género, las oleadas de migraciones, las guerras. Nos resulta también difícil comprender el porqué de todas estas realidades. Queremos huir y buscamos refugio en cosas que nada tienen que ver con lo que Jesús vivió, y ponemos excusas a nuestros modos de vida, nuestra situación de comodidad, de privilegios Queremos sobresalir, ser los primeros en todo y para ello no escatimamos esfuerzos. Jesús habla de sufrimiento, de muerte, ellos, nosotros hoy, de gloria.
¿Qué pudo sentir Jesús al escucharles? ¿Qué puede sentir al conocer nuestras reacciones?
Y Él sigue la instrucción, les plantea el camino a seguir, “quien quiera ser el primero, que sea el último, el servidor”. Tienen, tenemos que ponernos siempre en el nivel de los pequeños, de los sencillos, de los humildes, de los servidores, de los que no tienen ningún poder y no ostentan ningún rango, de los sin voz.
Como ejemplo les pone a un niño, símbolo de la sencillez, de la transparencia, de servicio gratuito, les invita y nos invita hoy a vivir de esta manera, sin dolo, sin avaricias, sin ansias de poder compartiendo la vida de los demás, sus sufrimientos.
Este es el mensaje que nos plantea la Palabra, ojalá entre en lo más profundo de nuestro corazón y nos lleve a compromisos concretos.
Y para terminar, me atrevo a transcribir el texto de la 2ª lectura en la que Santiago nos ofrece unas pistas de comportamiento claras para nuestra vida. Nos dice:
“Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La Sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y además es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera . Los que procuran la paz están sembrando la paz y su fruto es la justicia.
¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? Codiciáis y no tenéis, matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada, os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís mal para dar satisfacción a vuestras pasiones.”
Es una invitación a seguir el camino trazado por Jesús, camino no exento de dificultades que nos ofrecen sufrimiento y muerte a tantas cosas que nos impiden vivir con Jesús el camino propuesto por el Padre.
Danos Señor un deseo constante de conocerte más profundamente y de querer ser instruidos y guiados por ti.