Dios Nos Saca a Flote

Dios nos saca a flote
Domingo XIX del TO
Por: Paky Lillo. I.S. Vita et Pax. Alicante

 

Textos Litúrgicos:

1Re 19, 9. 11-13
Sal 84
Rom 9, 1-5
Mt 14, 22-33

Dios Nos Saca a Flote

En la primera lectura vemos como Elías responde a lo sugerido por Dios de forma que lo hacen los hombres, con violencia, pero: “Dios se hace presente en el murmullo de una brisa ligera”. Quiere hacerle entender a Elías que Dios no quiere el poder de los grandes de este mundo. El poder de Dios es de otra manera, pero ni siquiera Elías lo había entendido.

Atajar las cuestiones o problemas “en directo y por las bravas” es quizás lo más rápido y en ocasiones lo más fácil. Pero Dios nos anuncia la Paz, en el salmo. Esa Paz nos llega como fruto de su gran Amor, pero… siempre hay “un pero”, sólo si las personas somos capaces de acoger ese Amor. Si somos capaces de acoger ese Amor su fruto será la justicia, la Paz, porque de Dios tenemos asegurada su fidelidad y lealtad.

El Evangelio de Mateo nos cuenta que Pedro se hundió pero Jesús “le saca a flote”.

No somos los más indicados para entenderle; no sabemos caminar sobre las aguas; Pedro no pudo debido a sus miedos, a su falta de aceptación de que un hombre igual que él (Jesús) tuviera la condición divina de andar sobre las aguas.

No conseguimos libramos de las cargas desproporcionadas de miedos, ridiculeces, amor propio, de nuestro “ego” demasiado grande. Señor, enséñanos el secreto de tu ingravidez, de tu seguridad, de tu fe. 

 

Dios ha querido que lo conozcamos a través de la persona de Jesús, uno de tantos hombres que andan por los caminos de la vida y no solo caminando sobre las aguas, si no sudando por los caminos de su tierra, agotado por los esfuerzos diarios, cantando con sus compañeros de camino, comiendo y bebiendo con sus enemigos y amigos, enfadado e indignado por las injusticias y falta de Amor al Padre, gritando y denunciando las desigualdades y deslealtades…Así nos ha mostrado Jesús al Padre.

Por eso Jesús manda a los discípulos a la otra orilla, la orilla de los que llaman paganos, porque es fácil dialogar con aquellos que piensan y creen como tú pero es más complicado dialogar con aquellos que no piensan lo mismo. No nos podemos quedar en el lado fácil de la orilla hay que atravesar las aguas y para ello hay que despojarse de aquello que nos pesa, mejor “mochilas vacías” para poder “andar sobre las aguas” y acoger la mano del Espíritu de Jesús mediante la oración al Padre, como Jesús. Ese fue su alimento, su fuerza, su pasión.

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