Por: Secretariados de Formación y Espiritualidad de Vita et Pax.
El día 4 de agosto iniciamos nuestra LXVI Convivencia General en El Escorial (Madrid). Los saludos y abrazos se oían por toda la casa. Al día siguiente, con más calma, Victoria, nuestra Directora General nos daba la bienvenida. Nos decía: Nuestra larga tradición nos convoca para celebrar la 66 Convivencia General. Bienvenidas a todas las presentes y un recuerdo a las ausentes por misión o enfermedad, que sin duda estáis entre nosotras. Después de hacer un recorrido por los acontecimientos institucionales y mundiales de este año, nos invitaba a ser, en medio de nuestra realidad concreta, profetas de esperanza. Y nos daba algunas pistas para ello: siendo mujeres con una profunda experiencia de Dios, teniendo oído y corazón atento, optando por una vida más sencilla, dejándonos que nos duela el mundo, siendo signo de fraternidad.
Por la tarde rezamos juntas con un mismo sentir y pensar: “encontrarme contigo, Jesús” que nos caldeó el corazón. El día seis llegó sin darnos cuenta y después de diferentes informaciones institucionales, el Equipo de Difusión del Carisma (EDC) nos informó de todas las actividades que traen entre manos, que no son pocas. También nos dieron una buena noticia, un nuevo grupo Vida y Paz se ha formado en Alicante. Por la tarde nos invitaron a la oración vocacional con el sugerente título “Desde lo ‘más’ pequeño”.
Los días 7 y 8 tuvimos un cursillo sobre: “Discernir los signos de los tiempos”. Lo impartió José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete, Natxo. En principio abordó los signos de los tiempos en clave evangélica y después aterrizó en algunos signos concretos. El que más desarrolló fue la desigualdad estructural. Ha sido un cursillo rico, intenso y nos motivó a mirar la realidad siempre, siempre, desde el más frágil.
El día dedicado a la economía, Mª Jesús comenzó con una profunda reflexión que nos caldeó, situándonos en la realidad de carencias y pobrezas que nos rodean, en las dificultades que tantos hombres y mujeres tienen para vivir, basándose en estadísticas que miden la precariedad en España. A continuación, hizo una minuciosa presentación de “nuestras cuentas”. Por la tarde tuvimos la proyección de una película belga-francesa “Dos días y una noche”. Cine social sobre moral y dignidad personal frente a los intereses patronales.
Después de evaluar los objetivos de estos seis años desde la última Asamblea y la reunión de Directoras, pasamos tres días preparando nuestra IX Asamblea General. Lo hicimos por grupos “generacionales”. Fue un trabajo serio, responsable y mirando al futuro inmediato. Terminamos cansadas, menos mal que, a continuación, llegó el gran día de fiesta de la Asunción. Pudimos descansar, compartir a gusto, celebrar la Eucaristía con profundidad, comimos de forma suculenta y, a la noche, nos reímos con ganas de nosotras mismas en las comedias.
Aún tuvimos tiempo de escuchar a algunas compañeras que compartieron su vida con nosotras: qué hacen en estos momentos, cuál es su misión, dónde están, cómo se encuentran… Siempre nos gusta y ayuda este espacio del compartir. Es bonito saber y saborear a las otras.
Evaluamos, recogimos… y muchas más cosas que se quedan en el tintero. Esto ha sido sólo unos pequeños ecos de todo lo vivido estos días. A todas las que no habéis podido venir os hemos tenido muy presentes.