El Buen Pastor
IV Domingo de Pascua. 
Por: Andrés Huertas. Presbítero. Madrid
Textos Litúrgicos:

He 4, 8-12
Sal 117
1Jn 3, 1-2
Jn 10, 11-18

El Buen Pastor

Resuena la Palabra:

«Yo soy» es el nombre de Yahveh, el nombre, el sonido con el que Dios se da a conocer a Moisés … Este nombre es usado por Jesús a lo largo de su vida, de su predicación y sobre todo de su hacer: «cuando hayáis levantado al Hijo del hombre entonces sabréis que “yo soy” (Jn 8,28; 8,24). «Yo soy el buen pastor» (v.11), el que da la vida por mí, por ti, por todos …; el que no abandona, el que no huye ante el peligro de cada uno de los suyos; el pastor al que le importan cada una de sus ovejas.

«Yo soy …» el que conoce a cada una y se da a conocer a cada cual según sabe conocer … Entre el pastor bueno y yo existe el mismo conocimiento de intimidad que entre el Padre y el Hijo. «Yo doy mi vida por las ovejas» (v.15). «Por eso me ama el Padre porque yo entrego mi vida …» (v.17).

No es fácil comprender, hoy, que el pastor sigue entregando la vida a ti, a mí y a ese que pasa y que le ignoras … «Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente» (v.18); así nos trata el pastor, con esa libertad liberadora, que es donadora de vida: «tengo poder para entregarla y recuperarla» (v.18). Esta es la misión del Pastor: dar vida y vivir para que los suyos encuentren alimento abundante. Los suyos desbordan todo límite y todo redil … están entre nosotros y lejos de nosotros «tengo además a otras …, las tengo que atraer … y escucharán mi voz … y habrá un sólo rebaño y un sólo pastor» (v.16). Trabajemos por esta unidad tan deseada.

Para la reflexión y vivencia

  • ¿Qué actitudes motivan la vida?
  • ¿Qué hacer para defenderla en el interior y fuera de la Iglesia?
  • ¿Cómo aumentar la vida en nosotros?
  • ¿Cómo aumentarla en los otros?
  • ¿Hemos de aprender a perderla, a entregarla?
  • ¿Con qué acciones concretas?
  • ¿Con qué actitudes personales?
  • ¿Cómo motivar la entrega?
  • ¿Existe una «pedagogía de la vida»?

Para el diálogo y la experiencia

Establecer un diálogo desde el versículo siguiente:

«Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas» (v. 14-15).

  • ¿En qué consiste el «conocimiento»?
  • ¿Cómo crecer en el «conocimiento» del buen pastor?
  • ¿Tiene algo que ver el «conocimiento» con la entrega de la vida?
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