Domingo V del TO
Por: Mª Ángeles Santamarta. I.S. Hijas de la Natividad de María. Santiago de Compostela

 

Textos Litúrgicos:

Job 7, 1-4.6-7
Sal 146
1Cor 9.16-19.22-23
Mc 1, 29-39

El Evangelio Es Mi Salario

Estamos celebrando el domingo quinto del tiempo ordinario con la proclamación de la Palabra de Dios que identifica el verdadero sentido de nuestra vida como hombres y mujeres que somos, además, seguidores y amigos de Jesucristo.

Como Job vivimos días soñando otra realidad mejor, buscamos trabajos que no nos dejen en la ruina, deseamos escuchar buenas noticias de paz, de justicia y nos “acostamos” con la esperanza de “un salario”, una vida que nos dignifique.

El apóstol Pablo, de forma certera, nos regala un TikTok como gran influencer que es; en 10 segundos nos trasmite y vuelca a nuestro corazón la razón que da sentido a su vida, a nuestra vida: dar a conocer el Evangelio, dar a conocer a Jesucristo.

En este momento en que la iglesia, en España, está procurando la realidad de un camino sinodal,  con la convocatoria: “Encuentro de Primer Anuncio”, y con ello queriendo volver al pilar de nuestra fe y razón de ser, como tan vehemente nos lo relata San Pablo: todos con todos, para todos, anunciando el evangelio, la cercanía de Dios hacia cada uno de nosotros, como nos dijo el Papa Francisco en sus catequesis de Primer Anuncio.

Y, el mismo Jesucristo nos da la clave del cómo: estando con la gente, acompañando sus necesidades, curando sus heridas, dejándose ver y dando testimonio de lo que somos, orando al Padre y … ¡en camino! para ir a otras aldeas y proclamar el evangelio. La pregunta sería: ¿cuáles son nuestras “aldeas”?, ¿vamos a proclamar el evangelio o proclamamos otros “dioses”?, ¿estamos con el Corazón de Dios entre la gente, en su realidad, o nos acomodamos en nuestro sofá del tener? …

Sepamos pedir al Espíritu Santo su presencia para reconocer cuál es nuestra tarea y misión para anunciar a Jesucristo. Nuestro salario es proclamar a Jesucristo.