Domingo XVI del TO
Por: Mª Ángeles Santamarta, I.S. Hijas de la Natividad de María (Arzúa – A Coruña)
Textos Litúrgicos:
Sab 12, 13. 16-19
Sal 85
Rom 8, 26-27
Mt 13, 24-43
“El Justo Debe Ser Humano”
“Actuando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano… “
Escuchar la proclamación de esta frase en la primera lectura de este domingo, tomada del libro de la Sabiduría, me ha impactado fuertemente.
Hoy, más que nunca, tenemos la posibilidad de recibir y de enviar comunicaciones de todo tipo, buenas y malas, falsas, verdaderas, sentimentales y/o agradables… Seguro que, al mirar la televisión, al encender el móvil en cualquier red social, nos paramos a ver y escuchar aquellas que nos llegan al corazón, removiendo nuestras entrañas… Y lloramos con tanta guerra y violencia que se esparce por el mundo, y nos sonreímos y alegramos con el nacimiento de un niño, con las medallas ganadas por nuestros deportistas o con la bajada de precios…
Es, en este vivir de cada día, donde nos encontramos verdaderamente a Cristo Vivo, y con Él realizamos este Camino de Humanidad, en el cual, todos hemos de ser justos y ¡santos!; esparciendo esta enseñanza divina como semilla que cae en buena tierra y fructifica para gloria de Dios y bien de los hermanos. Nos dice claro que el justo debe ser Humano.
Por ello, creo que lo que nos está pidiendo hoy el Señor es que sepamos Ver y Escuchar a nuestros prójimos, los hombres, ante cualquier necesidad, en toda situación que ocurra más cerca o más lejos para impregnarla de Humanidad Divina y misericordia de Jesús. Él nos ha enseñado como Pueblo de Dios, a vivir como Hijos amados del Padre; a vivir como “pequeños” que todo lo esperan de Él, como niños que sonríen en confianza plena sabiendo que “lo que me enseña mi padre siempre es bueno”.
Nuestro estilo de vida ha de hacer fecunda, como buena semilla, esta frase del libro de la sabiduría “…Dios, enseñaste a tu pueblo, que el justo debe ser humano…” y, yo, Señor, sigo tus pasos en este “ahora”.
Jesús nos lo deja meridianamente claro en el Evangelio: trigo y cizaña, crecen juntos; lo cual no debe impedir que perdamos nuestra identidad de comunidad y de grupo que alaba con la fuerza del Espíritu Santo “tú eres el único Dios”. Con esta confianza humilde, sepamos orar confiadamente por este momento político que vivimos en España, por todas y cada una de las situaciones de dolor y de violencia que sufrimos los seres humanos en cualquier rincón del mundo a manos de hermanos nuestros; pidamos por la paz en tantos pueblos de África, de Oriente Medio, de Rusia y Ucrania; pidamos por los que padecen la injusticia y soberbia de los poderosos; pidamos por la libertad de los oprimidos y pobres, pidamos por las mujeres y niños sometidos a los intereses económicos… ¡tanto por lo que pedir!
Y, demos gracias a Dios porque nos ha creado a su imagen y semejanza, nos ha regalado su Divinidad para ser más humanos, para ser su Corazón Misericordioso en este momento de la historia, para ser Acción de Gracias-Eucaristía que se comparte, que se regala como don y gracia para todos. El justo debe ser humano