Domingo 34º del T.O. Ciclo C Jesucristo Rey del Universo
Por: Jose Luis Terol . Profesor. Zaragoza
La palabra y las palabras son muy significativas en el proceso de humanización y, como todas las experiencias importantes, está atravesada por una radical ambigüedad: o bien puede ser fondo y expresión de la dignidad y de la libertad de las personas, o bien puede convertirse en el más sutil instrumento de manipulación y dominación.
Desde esta perspectiva, si hay un título inadecuado, peligroso y tramposo para otorgarle a Jesús de Nazareth, este título es el de Rey. Se trata de un título profundamente antievangélico y contradictorio con la vida transparente del Cristo que contribuyó como nadie a “señalar la desnudez del rey y de todos los supuestos reyes” de este mundo.
¡Claro que sabemos, afortunadamente, que es “Rey” desde la Cruz, pero con todo y a pesar de este correctivo y advertencia nuclear, el caso es que gran parte de nuestras expresiones, liturgias y símbolos religiosos y eclesiales están tomadas de los imperios de este mundo! Desde esta mirada- y obviando la gozosa contemplación estética, cultural y religiosa en cuanto obras de arte- repasemos gran parte de nuestros rituales, templos, vestuarios, fiestas, lenguajes, etc. etc.
El reinado de Dios que conmovió a Jesús poco tiene que ver con altares mayores, con basílicas, con solideos, y seguramente con cualquier tipo de “mediaciones e instrumentos poderosos”. Los signos de los tiempos parecen apuntar hacia un tiempo de desnudez, de silencio y de profunda purificación personal, comunitaria y de todas nuestras palabras, símbolos y estructuras.
¿Dónde se transparenta la presencia del Cristo que reclama únicamente para Dios la adoración y la obediencia? ¿En la pugna de la Conferencia Episcopal Española por mantener privilegios y cuotas de poder o en las miles de comunidades cristianas acogiendo y acompañando a los últimos? ¿En el palacio o en Lampedusa? ¿En la casilla del IRPF o en la comunidad de bienes? ¿En la “Televisión de la Iglesia” o en los huelguistas de hambre silenciados por todos? ¿En las clases de religión o en los procesos de seducción y vivencia compartidas? ….
¿Cuáles son entonces los “títulos” de esta nueva época? Habrá que “construirlos” desde el camino humilde del seguimiento y del discernimiento compartido, con un respeto profundo y verdadero a lo vivido y generado por quienes nos antecedieron en la fe y, a la vez, con la libertad y creatividad radical de quienes celebramos y compartimos la Memoria Viva de Jesús.
Se ha oscurecido –“¡gracias a Dios!”- la evocación de Jesucristo como Rey…Exploremos y busquemos juntos nuevas palabras, nuevos símbolos y gestos que, por definición, serán radicalmente provisionales e insuficientes para contener el Misterio. En todo caso, Jesús parece esconderse hoy tras otras palabras y relatos: “migrante, huelguista, desahuciado, dependiente, indígena….”.