El Señor Está Cerca, ¿Qué Hemos de Hacer?

El Señor está cerca, ¿Que hemos de hacer?
III Domingo de Adviento
Por: Cecilia Pérez. Vita et Pax. Valencia

Textos Litúrgicos:

Sof 3, 14-18
Sal Is 12, 2-6
Flp 4, 4-7
Lc 3, 10-28

Todo este tiempo, estas cuatro semanas preparatorias para la venida del Señor son un periodo especial de invitación al gozo y a la esperanza. La próxima venida de Jesús, recuerdo y actualización de un nacimiento que revolucionó la Historia, es fuente de vigilante ilusión; acontecimiento atemporal que hunde sus raíces en el Amor más grande y la entrega sin límites.

Todo ello está presente en nuestro corazón y nuestra boca cuando repetimos incansablemente “Ven, ven Señor, no tardes” pero explosiona en la celebración de este tercer domingo del tiempo de Adviento, “domingo Gaudete”, que se refiere al gozo incontenible de quien sabe que el Esperado llega, se hace realidad colmando todas las expectativas.

La liturgia de la Palabra en sus tres lecturas y salmo tiene este tema principal. El profeta Sofonías urge al pueblo elegido a alegrarse, regocijarse y gritar de júbilo porque el Señor se goza y se complace en sus hijos a quienes ama.

No caben más expresiones de júbilo ni más coincidencia en ellas; a renglón seguido el salmo, que procede de un texto de Isaías, sustenta todo en la confianza de que la salvación que procede de Dios aleja todo temor y es causa de fortaleza.

En un mundo, el nuestro. En una realidad, la nuestra, donde se pretende encontrar y fundamentar de manera artificial la felicidad alimentando sueños de grandeza y autoafirmación, con los cánones de la belleza y el poder al uso como cómplices engañosos de alegrías estériles, he aquí que veremos un niño envuelto en pañales que será la luz desde la humildad, la fortaleza, desde la indefensión, el Amor total manifestado desde el momento de nacer.

Porque sí, “el Señor está cerca” nos dice Pablo a través de su carta a los filipenses insistiendo en que hemos de estar alegres. Y que esta alegría, que procede de la cercanía del Señor, nos hará ser moderados en nuestro testimonio y nunca centrados en nosotros mismos. Esto suena a gozo profundo y sereno.

Y además “nada os preocupe”.

Pero, ¿cómo es posible? ¿nada, nada? Pues eso, que lo dice San Pablo, buen testigo. Y por algo será.

La última lección nos la da Lucas y es una lección que nos plantea, por boca del Bautista, la necesidad de pensar en los demás y compartir, ser justos, ser generosos, comprensivos y compasivos si queremos vivir esa ALEGRÍA DEL SEÑOR.

En este día no podemos hablar de otra cosa.

¡QUÉ ALEGRÍA, EL SEÑOR ESTÁ CERCA!

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