4ºDomingo de Pascua. Ciclo C
Por: MaJesús Antón. Vita et Pax. Madrid
Escuchar y seguir a Jesús
Hemos terminado con las apariciones pero seguimos con un texto más profundamente pascual. Juan nos habla de vida definitiva que es la clave del tiempo pascual
El texto de hoy tiene de fondo la imagen del buen pastor, figura muy presente en el mundo rural en el tiempo de Jesús. En el evangelio de Juan no habla Jesús sino la comunidad del siglo I que expresa lo que ella pensaba sobre Jesús. La imagen del pastor que guía el rebaño es una de las preferidas de Juan.
Este es el mensaje modelo de pastor encarnado en Jesús de Nazaret:
Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna
No basta escuchar su voz, es necesario seguir a Jesús, creer lo que él creyó, dar importancia a lo que él dio, defender la causa del ser humano como él la defendió, acercarnos a los indefensos y desvalidos como él, ser libres para hacer el bien, dando la cara por la justicia, cuidando la naturaleza, ser de los suyos y confiar en el Padre. Enfrentarnos a la vida y a la muerte como él.
Todo esto nos puede acarrear algunas consecuencias. No es posible que vivir los criterios del evangelio en un mundo que rige por los opuestos y no cueste ningún precio. La Palabra del evangelio nos urge a que nuestra fe no sea teórica, sino viva. Esto supone estar vigilantes para que nuestra vida no se ajuste a los criterios de nuestra sociedad. Si creemos que Jesús es nuestro Salvador, o nos convertimos en salvadoras y defensoras de la humanidad o no somos de Jesús
Él es el compañero fiel que nos conoce y nos contagia la vida y ojalá en medio de este mundo tan convulsivo e insolidario, se haga realidad la profecía del Apocalipsis: “Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno, porque el Cordero que está delante del trono de Dios será su Pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos”