El día 11 de octubre inició su andadura el grupo Vida y Paz de Alicante. Nos alegraba mucho la coincidencia de la fecha, 50 años del Concilio Vaticano II y el comienzo del año de la fe, entre otros acontecimientos. A la reunión llegaron ocho personas con el deseo de formar parte del grupo Vida y Paz de Alicante.
El pórtico de la reunión fue una oración que nos identificaba desde el inicio: toda persona creyente es una buscadora, buscadora de Dios. Y esa búsqueda no la queríamos hacer en soledad, sino en grupo, por eso estábamos allí, para buscar a Dios juntos y juntas. Continuamos desde la Palabra de Dios, con el texto de Isaías: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando… ¿no lo notáis?” (Is 43,18).
Este germen de grupo Vida y Paz de Alicante podía ser ese “algo nuevo” que Dios estaba haciendo brotar, de ahí la pregunta, ¿me apunto? Y ante la respuesta afirmativa de las personas presentes continuamos formulando en voz alta las expectativas que poníamos en el grupo.
Somos personas laicas, adultas, cada una con su estado de vida, con un compromiso fuerte desde la fe, insertas en la vida cotidiana, de ahí, la necesidad de estos grupos para compartir esa misma vida y esa misma fe. No somos un grupo cualquiera somos un grupo Vida y Paz y eso nos da un rostro concreto, una identidad peculiar. La identidad nos la proporciona el Carisma y la Misión que Vita et Pax ha recibido como don y que ahora se expande como la lluvia por los campos haciéndolos verdear.
Y es una experiencia muy enriquecedora, es una experiencia de Dios, ver cómo esos campos fructifican. Por eso, en la misma reunión recordamos al P. Cornelio, fundador del Instituto Secular Vita et Pax, que, desde los principios, soñaba compartir con otras personas esta riqueza que teníamos entre las manos. Recordamos también su advertencia rigurosa, si la motivación para extender nuestro carisma era la falta de vocaciones a la vida consagrada estábamos llamadas irremediablemente al fracaso, todo lo contrario sucederá si lo queremos compartir porque estamos convencidas de la valía que tiene lo que poseemos y que no nos pertenece en exclusiva.
Damos la bienvenida más afectuosa a este nuevo grupo.