Por: Carmen García. Vita et Pax
Al comenzar el año solemos decir: “Año nuevo, vida nueva”. Es una forma de expresar que cada nuevo año nos brinda oportunidades de mejorar, de soñar con un futuro diferente, cargado de posibilidades, de hacer realidad los proyectos que tenemos en mente y las ilusiones que nos hacen soñar un mundo mejor.
Las componentes del grupo de Barcelona tuvimos el encuentro el lunes día 11 de este mes. Un año recién estrenado y lleno de nuevas posibilidades. Nos felicitamos y nos deseamos Vida y Paz en abundancia para poder compartir esos DONES con nuestras familias, amigos y con todos los que colaboramos en los diferentes voluntariados.
Iniciamos el encuentro con la Oración del Jubileo de la Misericordia. Una virtud tan necesitada en nuestra sociedad. Nos urge a todas/os a ser misericordiosos siempre y en toda circunstancia, en las cosas grandes y en las pequeñas, en lo cotidiano, en nuestras relaciones con la familia, amigos y con toda persona necesitada de misericordia. Y nos preguntamos ¿quién no la necesita?
Una vez más, la Sagrada Escritura iluminó el tema del encuentro: “Opción por los empobrecidos en Vita et Pax”. El Profeta Isaías dice: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad” (Is. 61, 1-2).
Fuimos expresando, de forma espontánea, lo que los textos nos iban sugiriendo para poder aplicarlo a las realidades en que cada una/o nos movemos: familia, trabajos, voluntariados, Parroquia y las múltiples necesidades del barrio.
Vimos también cómo Vita et Pax desde sus inicios, hizo opción por los Países en vías de desarrollo. Algunos de ellos con grandes necesidades básicas. Se tuvo claro que las exigencias del Evangelio nos urgían a comprometernos con ellos. No teníamos muchos medios, pero sí, una gran voluntad de compromiso humano y cristiano.
Terminamos el encuentro con el reparto de los regalos que nos habían dejado los Reyes Magos. Quedamos muy contentas/os porque fueron muy generosos. Luego pasamos a compartir los alimentos, las conversaciones siempre animadas y al final, la despedida hasta el próximo mes.