Por: M. Auxiliadora Fernández Fernández. Mujeres y Teología. Ciudad Real
PREGÓN PASCUAL 2013
Esta Noche Santa nos atrevemos a pregonar la mejor noticia de la Historia:
el sepulcro ha estallado lleno de VIDA.
El poder del Imperio Romano, los Sumos Sacerdotes,
los grandes poderosos de la religión y la política, se han quedado sin voz.
Pensaron, por un momento, que habían terminado con la vida del Hombre Justo,
y ahora han de reconocer, enmudecidos, que Dios ha dado la razón a Jesucristo.
Dios se ha puesto incondicionalmente de parte de un crucificado,
negando la razón a sus verdugos.
En esta Noche Santa, queda confirmado para siempre el Mensaje de Jesús de Nazaret:
el Dios de Jesucristo se identifica de forma plena, con todas las cruces de la Historia. Nuestro Dios sólo ama la VIDA.
En esta Noche Santa, se derrama sobre la humanidad toda,
una corriente de amor inagotable, un grito de esperanza ilimitada,
que hace estallar los muros de la muerte,
de cualquier muerte. ¡HA TRIUNFADO LA VIDA!
Que se alegre la Iglesia Universal, y todas las personas que seguimos creyendo
que la Resurrección de Jesucristo no es un cuento de hadas.
¡CRISTO VIVE! Y con Él, se nos llama a regalar VIDA:
repartiendo ternura, recomponiendo corazones destrozados,
multiplicando semillas de esperanza, sembrando compasión,
siendo personas nuevas, renovadas, con el aire nuevo de la Pascua.
Hoy, como ayer, en aquella primera madrugada, en la que una mujer
–la Magdalena– divulgó a voces la gran noticia de la Pascua,
seguimos afirmando que el imperialismo del dinero y de las armas,
la economía de mercado, la corrupción y el consumismo atroz,
no tienen la última palabra.
¡CRISTO VIVE! Y su Resurrección nos da plena garantía para seguir
apostando con fuerza por la VIDA. ¡Tenemos el triunfo asegurado!
No podrán detener nuestra esperanza, ni nuestra pasión por el Reino.
No podrán arrebatarnos nuestros sueños
de hacer del mundo la gran familia humana.
La Luz de Cristo Resucitado, aquí representada en este Cirio,
nos llama a la esperanza; a ser ya desde ahora y para siempre,
personas, de verdad, resucitadas.