Hospitalidad

Domingo XIII T.O.

Por: M. Ángeles Gallego. Mujeres y Teología. Ciudad Real.

hospitalidad

Yo destacaría la palabra Hospitalidad como eje que enmarca las lecturas de este domingo.

Son las actitudes de la mujer que acoge a Eliseo y la de quien da un vaso de agua a cualquiera que lo necesite, las que en palabras de Jesús dan profundidad y realidad al cristianismo.

Abrir nuestra casa y nuestro afecto es como recibirle a Él.

La primera lectura invita a aceptar en nuestra vida el: “haz bien y no sepas a quien”. La mujer abre las puertas a un desconocido, que a la larga y sin ella saberlo en un principio, le devolverá con creces ese acto de generosidad y acogida que para con Eliseo ha tenido.

Curiosamente las mujeres no son los personajes más visibles en la Biblia, pero sus vidas y su sensibilidad, son esenciales para entender el actuar de Dios.

El profeta pasaba por allí y la mujer está atenta a las necesidades de los de su alrededor y simplemente le ofrece lo que tiene…la ley de la hospitalidad, un valor que no debemos perder, al contrario, cultivar y reforzar.

El salmo es un canto alegre y positivo a la misericordia del Señor para con sus hijos. Apoyo y fuerza. Estructura sólida a la que agarrarse.

Las cartas de San Pablo tienen un claro matiz pedagógico, un ejercicio de catequesis a la comunidad. Nos explica cómo  nuestra relación con el “mal” (el pecado), cambia desde el momento que somos bautizados.  Gracias al Bautismo somos apartados del control, del poder  y de la fuerza del mal y llamados a una vida más plena en Dios, porque con Jesús todos  estamos  redimidos. Igual que Él resucitó, nosotros resucitaremos con Él a la vida eterna.

La palabra de Dios muchas veces nos pone en la disyuntiva de elegir; elegir para ir más lejos, para ser más auténticos.

Dios no quiere que renunciemos a una vida en la tierra plena de amor y de cercanía con nuestras familias y seres queridos: “La gloria de Dios es que el hombre viva y viva en plenitud”, un amor que se recibe y se entrega. Es partirse y repartirse, es abrirse, es acoger…, es ser hospitalario con el que pasa a mi lado.

El mundo entero está viviendo el dolor de la enfermedad y ha sido y es la solidaridad, la hermandad,… las que han dado las grande lecciones. No las palabras de los políticos, cortoplacistas e interesadas. Es la actitud abierta y entregada la que salva personas  y da algo de sentido al dolor Humano.

Jesús nos invita a no vivir centrados en nosotros mismos, a abrir los ojos y el corazón sin importar lengua o religión. También las puertas de nuestra casa, nuestro corazón para dar entrada a la hospitalidad.

Desde nuestra Fe sabemos que los que están enfrente son hermanos. Son: Jesús mismo que pasa ante nosotros.

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