“La Familia que Sabe Vivir la Palabra”

La familia que sabe vivir la Palabra

EL EVANGELIO DE MARCOS

MEDITACIÓN 5

(Mc.3,31-35-4,1-12)

“31 Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. 32 La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». 33 Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». 34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35 El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

“4,1 Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.2 Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: 3 «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; 4 al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; 6 pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. 8 El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». 9 Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». 10 Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.11 Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, 12 para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”.

La verdadera familia de Jesús es el que escucha y hace la voluntad de Dios  que esparce la semilla de la Palabra.

ESTRUCTURA

(vv.31-35) Declaración de la “verdadera familia”.

(vv.1-2) Introducción narrativa.

(vv.3-9) Parábola del sembrador.

(vv.10-12) Finalidad de la enseñanza en Parábolas.

MEDITACIÓN

(vv.31-35) Declaración de la “verdadera familia”. Jesús se define, opta por un nuevo concepto de familia

  • Jesús ha buscado y llamado un grupo que aparezca como su “casa”, su familia (34), (1,16-20).
  • Su “nueva casa” son los que están en su entorno, su fraternidad (3,20), (32), (2,13-17).
  • Estamos en el cruce entre dos Alianzas, la Antigua basada en el “clan familiar” y la Nueva fundamentada en la Palabra Encarnada; Jesús es fundamento de la segunda.
  • Mirando a su alrededor” (34) declara la Nueva Familia: “Estos son mi madre y mis hermanos” (34), una llamada universal sin condiciones de sangre o clan. Una nueva familia universal.
  • Se amplia el horizonte a “todo” el que “haga la voluntad del Padre” (35) sin distinción de hombre-mujer, “madre, hermano o hermana” (35).

Mirando a su alrededor”: Presente continuo en el que Dios salva…

  • Está poniendo los fundamentos para la llamada a construir el Reino de Dios que va a iniciar con el lenguaje parabólico. Una PARÁBOLA es un hecho de la vida: amasar, sembrar, crecer…
  • (1-2) Jesús saca su discurso parabólico a un lugar abierto “a orillas del lago” (1); “se sentó” (2) como un rabino que enseña. Los oyentes se “quedan en tierra”, son su campo donde siembra el mensaje (2), donde cae la semilla, donde la mano abierta del sembrador deja la Palabra.

(3-9) Jesús llama desde el principio a la “escucha” (3), a la atención, es algo misterioso, sensible de interpretar, llama a interpretar los hechos cotidianos de la vida: una Palabra abierta para todos.

PARÁBOLA: es una acción viva con sentido salvador

  • Hemos pasado del SIGNO de la pesca (1,16-20) y de la IMAGEN del banquete (2,13-20) a este potente SÍBOLO agrícola: la siembra, “que el sembrador sale a sembrar” (3).
  • Ha venido a extender la semilla del Reino en todos los terrenos, derribando vallas protectoras: buenos y malos, el Reino es para todos. Mas allá de cualquier legalismo, norma o interpretación.
  • La semilla trae fecundidad, prosperidad, creatividad, posibilidad para todos… (4-8). Jesús describe la estrategia creadora del Reino que ofrece vida y gracia a los terrenos mas agrestes.
  • La Parábola al ofrecernos un catalogo de tierras (4-9) nos habla del “Dios que siembra con su mano siempre abierta” (2), sólo en un segundo momento se acentúa la interpretación eclesial (13-20) sobre las tierras.
  • La Palabra que solo se escucha es una “voz”, como la de Juan (1,3), ahora en Jesús somos interpelados a responderle, a encarnarla, a hacerla fructificar (20).
  • La Palabra de Jesús, realiza su acción donde hay un alguien que la acoge y responde, transformado por ella
  • Entre los pedregales y las zarzas (5-7) se pierde mucha semilla que es palabra que queda estéril.
  • “Entender” (12) es mas que un ejercicio intelectual, no es doctrina de letrados (1,22), es ACOGIDA sencilla que da sentido a la practica cotidiana (Mt.11,25), el que colabora para que fructifique (8).
  • La Parábola es “misterio del Reino” para los de dentro (11), aquellos que acogen, siguen y son hermanos (3,35); esos son familia de Dios; comprenden lo que cada acción significa.
  • Ella se vuelve oscuridad y falta de sentido para los que están en otras cosas (5-7), no anida en sus corazones.
  • No se entiende el evangelio donde se aprenden teorías, sino donde el ser humano se abre al Reino con sencillez, comprendiendo en su corazón lo que acontece en la vida cotidiana.
  • Por más que es- cuchéis, no en- tenderéis; por mas que miréis no comprende- reis” (Is.6,9)

VALORES EN EL TEXTO

  • La comprensión pasa por la “conversión” (12), sin ella todo es un ejercicio mental, infructuoso.
  • La Palabra se siembra, es fecunda, necesita cuidado y buen terreno (8).
  • No basta sólo la acción del sembrador, hemos de preparar el terreno, cuidarlo, limpiarlo y así dará fruto (9); aún no ha entrado en la calidad de los terrenos.
  • Nos está llamando a una acogida de la Palabra sin más (11), el mensaje de Dios es Palabra.
  • Está llamando a abrir en el corazón creyente un espacio de respuesta (9).
  • La siembra de Jesús sólo se realiza donde hay un terreno que le acoge, se convierte y responde.

LA EXISTENCIA CONCRETA

  • ¿Estamos a la escucha de la Palabra y de “toda palabra” que llega a nuestra vida?
  • ¿Soy un campo abierto a la Palabra, preparado, fecundo y dialogante?
  • ¿Estoy a la “escucha” de todo mensaje que llega a mi vida? ¿cómo le acojo?
  • Leyendo a (Is.6,9-10) ¿tengo duro el corazón”; “tengo sordos los oídos”; ¿tengo ciegos los ojos?
  • ¿Cómo llevo a termino la “conversión y el perdón” necesarios para la fecundidad?
  • ¿Me considero del nivel de “dentro, de los llamados, íntimos, familia” o soy de los de fuera? ¿Dónde estoy?, ¿a quien o quienes escucho?
  • ¿Qué niveles de mi existencia involucro en la escucha de la Palabra? ¿dejo que penetre al corazón?

PARA ORAR

  • Revisa de entrada tu actitud orante, ¿partes de la PALABRA DE DIOS?
  • ¿Le abres el corazón, no sólo el entendimiento?
  • ¿Preparas el “corazón” con la conversión y el perdón?

Quédate con el Señor en silencio y escucha su Palabra fecunda: “repítela en el corazón”

MAGISTERIO DE FRANCISCO

“El ejemplo de santa Teresa de Lisieux nos invita a la práctica del pequeño camino del amor, a no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad. Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo. Mientras tanto, el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas”. (L.S.230)

  • la práctica del pequeño camino del amor
  • no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa
  • de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad
  • simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovecha- miento, del egoísmo
  • el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas

PARA COMPARTIR

 

  • ¿Cómo vivimos la familia? ¿nos sentimos familia de Jesús?  ¿en qué sentido?
  • ¿Nos sentimos responsables de la Palabra-Parábolas de Jesús?

¿Convertimos nuestras acciones en Parábolas que nos reproducen? ¿Qué reproducen nuestras vidas?

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