XXII DOMINGO TO.
Por: Rosa Mary González. Vita et Pax. Tafalla. Pamplona
Llevad la Palabra a la práctica
Textos Litúrgicos:
Jos 24, 1-2. 15-17. 18
Sal 33
Ef 5, 21-32
Jn 6, 60-69
Los fariseos no soportaban que Jesús y sus discípulos se salieran de las normas establecidas; no contemplaban sus obras, solo les importaba la ley por encima de todo. Jesús responde con firmeza a la pregunta que le hacen sobre el incumplimiento de la ley, basándose en el profeta Isaías: “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí”.
No nos creamos mejores que los fariseos, En la carta del apóstol Santiago de la liturgia de hoy tenemos la posibilidad de verificar nuestra conducta: “Aceptad dócilmente la Palabra….., Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos”. Lo que nos pide es coherencia con lo que sentimos, lo que escuchamos y lo que practicamos. Entonces como hoy tenemos el riesgo de quedarnos en el cumplimiento: escuchamos la Palabra, leemos los salmos, cumplimos las normas pero nos cuesta llevar a la práctica lo que conlleva de compromiso con Dios Padre en el día a día. Nos pone algún ejemplo concreto de cómo tenemos que actuar y hoy podemos ampliarlo a la realidad que vivimos. Siempre hay algo que hacer si miramos y contemplamos lo que nos rodea.
Suena muy duro lo que Jesús dice a la gente: lo que nos hace impuros no es lo que entra de fuera, sino lo que nos sale de dentro del corazón: los malos propósitos, las fornicaciones… Si nos vamos dejando conducir por su palabra, si vamos adquiriendo los sentimientos y pensamientos que Jesús manifestó en su vida, convertiremos nuestro corazón y verificaremos que todavía hay mucho por cambiar en nuestra vida.
El salmo 14 de la liturgia de hoy es de una gran sabiduría y claridad si, de verdad, queremos “hospedarnos” en la tienda del Señor: Algo bien concreto nos propone:
” El que procede honradamente y practica la justicia,
tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua
El que no hace mal a su prójimo, ni difama al vecino…”
Llevad la Palabra a la práctica