Necesitamos Sabiduria de Corazón

Necesitamos Sabiduría de Corazón
Domingo XVII de T.O.
Por: Josefina Oller. Vita et Pax. Guatemala

Textos Litúrgicos:

1 Re 3,5.7-12
Sal 118
Rom 8, 27-30
Mt 13, 44-52

Necesitamos Sabiduría de Corazón

Sólo  El  Reino De Dios Es Absoluto, Todo Lo Demás Es Relativo”
Pablo VI – EN 8

Concluye en este domingo el discurso del Reino en parábolas con las bellas  y  sugerentes parábolas del tesoro escondido y de la perla preciosa,  terminado con la de la red echada al mar. Todo el mensaje de Jesús a lo largo del evangelio de Mateo gira alrededor del Reino, es la misión que el Padre le ha confiado y de la cual ha hecho su pasión en actitudes, palabras y gestos.  Sabe Él que se dirige a gente sencilla, campesinos, pescadores, mujeres del pueblo y buscan la manera adecuada de hacérselo comprender.

Porque del Reino sólo por comparaciones podemos intuir algo de lo que es y dónde se encuentra. Dice un autor que el Reino es el resultado de dos profundas aspiraciones de Dios y de las personas. El deseo de Dios manifestado en tantas ocasiones en la Biblia es que la humanidad viva en armonía y paz. El deseo de las personas coincide, es tener vida en abundancia y paz en medio de una sociedad que tanta dificultad tiene para ser justa, fraterna y solidaria.

El Reino es una realidad misteriosa: está en medio de nosotros, no lo notamos, es semilla que crece sin darnos cuenta, es trigo en medio de cizaña. En las dos parábolas de hoy es un tesoro escondido y una perla preciosa. El primer hombre se encuentra inesperadamente con el tesoro, el segundo sí buscaba perlas. Sin embargo los dos tienen la misma reacción: valoran el hallazgo y reaccionan de inmediato. Venden cuanto tienen y el uno compra el campo y el otro la perla.

Porque si es verdad que el Reino tiene un Valor Absoluto ante el cual todo lo demás palidece, es también verdad  que tiene unas exigencias que se aceptan con gozo  y sin medir consecuencias en comparación con el gran hallazgo: hay que ser radicales,  venderlo todo sin mirar atrás, desprenderse de uno mismo en constante actitud de discernimiento, -el trigo y la cizaña, la red echada al mar que los pescadores sacan llena de peces de todas clases y tamaños- nos invitan a ello. Tanto personal como comunitariamente hay que estar atentos/as a detectar dónde están los auténticos valores del Reino, no sea que nuestras mediocridades no nos permitan arriesgar por ellos.

Parece difícil actualmente la radicalidad evangélica pero dentro y fuera de nuestra iglesia surgen admirables testimonios. Hay muchísimas semillas que han caído en tierra buena. Hay cristianos/as valientes que, en medio de grandes persecuciones, son capaces de dar la vida. Desde muchas instancias se nos invita a la solidaridad, a la fraternidad, a la entrega haciéndonos tomar conciencia de las inmensas necesidades de nuestro mundo. Ciertamente el Reino está en medio de nosotros. El Reino es Jesús, Él es el tesoro escondido y la perla preciosa. Felices los que lo encuentran,

No se puede pasar por alto la primera lectura. Estamos en temporadas de elecciones y cambios de gobierno no solo en España, también aquí en Guatemala y otras repúblicas latinoamericanas. Como es de suponer que los candidatos y futuros gobernantes no son imitadores del joven rey Salomón, mejor pidamos nosotros para ellos y ellas, esa “sabiduría de corazón” necesitamos de esa sabiduría de corazón para gobernar con justicia, para discernir con prudencia, para buscar el bien común. Ojalá se lo conceda el Señor para que nuestros pueblos puedan crecer en armonía y vivir en fraternidad.

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