Hoy puede ser un gran día. Para las mujeres inquietas

Por: Rosa María Belda Moreno. Grupo Mujeres y Teología. Ciudad Real.

Hoy puede ser un gran día

mujeres inquietas¿Han de ser los tiempos que vivimos, tiempos de parálisis? ¿Qué está pasando en el mundo además de que se nos aprieta el cinturón económicamente hablando? ¿Qué les pasa a las mujeres de aquí y de allá en estos tiempos donde los más débiles sufren más? ¿Cómo vamos a adoptar ante las injusticias en este tiempo nuevo?

Estas preguntas me planteo y os propongo, al comenzar un año nuevo, después de respirar el aire fresco de Belén y de Dios Niño que está al lado de los excluidos porque así lo ha querido. Contemplando la fuerza que surge de la debilidad del pesebre, me pregunto cómo seguir activa en la lucha, presente en los espacios de sufrimiento, sobre todo en los marcados por la injusticia, y específicamente en lo que se refiere a las mujeres.

Mujeres en paro y precariamente empleadas

Reflexionemos sobre algunos datos de la realidad. Aunque fue primero en el sector de la construcción, donde trabajan más los varones, el paro en el estado español golpea más a las mujeres desde finales de 2010, aseguran los sindicatos. Parece ser que los varones recuperan más fácilmente su empleo que las mujeres, y que, a pesar de que el 59% de los titulados superiores son mujeres en la Unión Europea, a las mujeres les cuesta más encontrar empleo. En un abrir y cerrar de ojos estamos presenciando cómo compañeras se quedan sin trabajo, ¿cómo afrontaremos la crisis las mujeres, una vez que ya hemos dado un paso adelante en la independencia económica de los varones?

Por otra parte, hay empleos predominantemente ocupados por las mujeres en los que los derechos se reconocen con dificultad. Es importante saber que el 1 de enero de2012 ha entrado en vigor la nueva ley de servicio doméstico, fruto del Real Decreto firmado el 14 de noviembre de 2011, que fácilmente se puede consultar en Internet. No deja de ser un avance la regulación específica para este sector. Pero aún quedan muchas mujeres empleadas en el hogar o cuidando a niños y mayores, de manera precaria, a las que se les exige tanto, y de las que nos quejamos si piden sus mínimos derechos. Es un sector en el que apenas existe asociacionismo y no hay huelgas. La reflexión no queda ahí. Pensemos si las decisiones políticas no van a favorecer cada vez más que se mercantilicen los servicios a las personas, en lugar de promover los servicios sociales más básicos.

Mujeres esclavas

Es más grave la situación de tantas mujeres que proceden de los países más desfavorecidos. Esclavas de la tradición, amparadas por leyes que decretan los varones, mal usando el nombre de la religión para justificar la injusticia. Las mujeres llevan el agua, los alimentos, y los más pesados fardos, dan a luz a los hijos y los sacan adelante. Son azotadas e invisibilizadas, tratadas como objetos. El tráfico de mujeres para la prostitución tiene como víctimas a mujeres de allí. La realidad es dramática e indignante.

En conclusión, en estos tiempos de crisis, las mujeres inquietas no podemos paralizarnos. La reflexión feminista no puede detenerse. El tiempo de actuar sigue siendo hoy. Leamos los acontecimientos y animémonos a realizar pequeños actos de profecía. La desigualdad tiene, hoy como ayer, rostro de mujer.

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