¿Para Qué Sirve La Vida?

V Domingo de Cuaresma
Por: Maite Menor Esteve. I.S. Vita et Pax. Guatemala

 Textos Litúrgicos:

Jer 31, 31-34
Sal 50
Heb 5, 7-9
Jn 12, 20-33

¿Para Qué Sirve La Vida?

¿Para qué sirve la vida? ¿Qué hacemos con ella? ¿A qué o a quira qué sirve la vida?enes la destinamos?

La vida se nos da, es un don maravilloso, pero que cada cual tenemos que encontrar el sentido que tiene. Una vida vacía y sin sentido no nos llevará a un buen puerto, será como un barco a la deriva en un mar agitado por diferentes tormentas. Es importante dedicar tiempo para pararnos a pensar, mirarnos por dentro, encontrarnos con nosotros y nosotras mismas y preguntarnos si la vida tal y como la estamos viviendo en este momento de nuestra vida, tiene sentido y si responde a lo que hemos ido sintiendo que teníamos que hacer. No olvidemos que Di*s habita en el fondo de nuestro ser. Cuando nos miramos por dentro ahí encontramos a Di*s, ese Di*s que nos habita, “Di*s lo más íntimo de mi intimidad”. Necesitamos espacios de silencio, de encuentro con nosotras mismas para ver si nuestra vida responde a lo que estamos llamadas por el Di*s que nos habita.

Hoy el evangelio nos invita a esa mirada introspectiva, interna, que nos permite preguntarnos ¿para qué estamos viviendo? ¿Vivo solo mirándome el ombligo? ¿Vivo para que los y las demás estén pendientes de mí? La sociedad en la que vivimos es hedonista y nos puede arrastrar a lo fácil, a lo cómodo, a pensar en mi propio beneficio, solo en mis necesidades, en mis problemas, etc. No es lo mismo la vida buena que la buena vida.

La vida buena es vivir buscando la felicidad profunda y vital que da sentido a la vida, y eso pasa por mirar a los y las demás, empatizar con sus situaciones, problemas y dificultades y compadecernos de ellos, salir al encuentro para aliviar, compartir, acompañar. Defender las causas justas que nos hagan ser verdaderamente humanos y humanas.

La buena vida, en cambio, es vivir solo pensando en una misma sin importar qué les pasa a las personas más próximas. Esta manera de estar en el mundo deja muy poco margen para mirar a nuestro alrededor con una mirada atenta a lo que nos rodea. La filósofa Simone Weil decía que “amar es estar atento”. Tal vez el evangelio de hoy nos da qué pensar, sencillamente nos invita a servir, a estar atentas a lo que pasa en nuestro mundo. “Si el grano de trigo no cae y muere no da fruto, pero si muere dará mucho fruto. El que quiera servirme, que me siga”.

Seguir a Jesús pasa por mirar a los demás a los ojos… compadecerse de ellos y hacer algo para aliviarles su sufrimiento. Tal vez esta sea una manera de servir desde el núcleo del evangelio.

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