Por: Secretariado de Espiritualidad
Por qué elegí la vida consagrada: Elegimos la vida consagrada únicamente para buscar a Dios. Buscar a Dios de corazón, desde dentro, desde lo que realmente una es. La vida espiritual puede ser entendida como una búsqueda, como un camino que se anda, como algo que se mueve. No es una realidad que se me dé hecha. Hay que construirla.
Somos mujeres en permanente búsqueda de Dios. Estamos llamadas con urgencia a ser mujeres con una profunda vida interior. Desde la frontera, atisbamos con nueva claridad una verdad antigua e incuestionable: Dios nos ama y desea apasionadamente nuestro pleno desarrollo. Cuando se hace violencia a las mujeres es un insulto a la gloria divina. Cuando se hacen avances liberadores que vencen los prejuicios y promueven la dignidad de las mujeres, es una victoria para el Reino de Dios. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, ni excluir a nadie, que la gloria de Dios es que las mujeres vivan.
Dios es la única pasión de nuestra vida. Es el mayor don recibido. Y ese don de Dios que es Él mismo encierra nuestro secreto y se convierte en el principio de discernimiento para toda nuestra vida. Ese don de Dios es su presencia amorosa que nos quiere y nos atrae hacia sí para que le pertenezcamos de una manera exclusiva y propia.
Nos confesamos buscadoras, mujeres dispuestas a no estancarnos sino a mantenernos en constante dinamismo, en un movimiento semejante al de las aguas primordiales sobre las que aletea el Espíritu y de donde surge la vida. Esta actitud de búsqueda supone admitir que aún no hemos llegado ni hemos conseguido lo que anhelamos, sino que estamos en ello, reconociéndonos como personas en camino.
Toda nuestra existencia es leída como el camino de su bondad hacia nosotras y se despliega como el misterio que nos hace ser como Él, donación de lo que somos y comunión con todos nuestros hermanos y hermanas. De manera que la vocación y la misión participan de la misma fuente y se expresan en la misma pasión: pasión por Dios y pasión por la humanidad.
Por qué elegí la vida consagrada
Si quieres ir descubriendo lo que Dios espera de ti, te ofrecemos acompañamiento vocacional a través de nuestro Secretariado de Espiritualidad. Puedes ponerte en contacto con:
Dirección de correo: vidapaz@vitaetpax.org