Recibe, Señor, mi humilde don…

Testimonio en el II Encuentro Nacional de los Grupos Vida y Paz en Valencia

Por: Charo Catalá. Grupo Vida y Paz de Alboraya.

Contar mi experiencia y lo que representa Vita et Pax para mí, lo resumiría en dos palabras: acercamiento a Dios.

Cuando Mari Dolz me invitó a participar en el grupo que se iba a formar en Alboraya, le dije que sí, sin ser consciente de lo importante que iba a ser para mi formación cristiana.

Me he puesto a repasar los temas con los que hemos trabajado estos cuatro años y han sido todos ellos enriquecedores y me han aportado unos conocimientos a cuál de ellos más interesantes, llenando mi alma de amor y comprensión.

Porque tengo que ser sincera, mi vida, a nivel espiritual, se había vuelto una práctica rutinaria y desde que empecé a ir a los encuentros del Instituto Vita et Pax, con Cecilia como guía, mi vida interior se ha vuelto más nítida.

A su vez, quiero recordar a mis compañeras del grupo, porque también  ha sido importante su aportación, con todas las dudas y esperanzas que hemos compartido.

Creo que el Padre Cornelio supo lo importante que es ver a Dios como un amigo y lo fácil que a partir de ahí resulta el acercamiento a Jesucristo, sin olvidar nunca al Espíritu Santo.

Sé que me queda mucho por recorrer para llegar a esa humildad y generosidad y sobre todo al Carisma que el Padre Cornelio predicaba, pero estoy en ello, solo espero que el Espíritu Santo me infunda fuerzas para no caer en la comodidad y la pereza.

Recibe, Señor, mi humilde don…

Utilizamos cookies propias y de terceros, para realizar el análisis de la navegación de los usuarios. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información aquí. ACEPTAR
Aviso de cookies
Translate »