Por: Secretariados de Formación y Espiritualidad de Vita et Pax.
Los días 4, 5 y 6 de marzo, las Directoras de los Centros del Instituto Secular Vita et Pax nos hemos reunido en Madrid para celebrar nuestra reunión anual. El tema de este año ha sido: Búsqueda conjunta en el caminar de nuestros Centros. Han sido días para compartir, profundizar, confrontar… buscando siempre que nuestros Centros sigan caminando según Dios quiere que lo hagan.
Tuvimos como base para la reflexión el texto evangélico de la multiplicación de los panes (Mt 14,14-21). Todas sabemos una de las interpretaciones más conocida de este relato de milagro: cada persona que allí se encontraba puso en común lo que tenía; de esta manera, todas pudieron comer y hasta sobró. El impulso primero de los discípulos fue buscar la solución más cómoda y menos comprometida… que se “compren comida”. Que cada quien se resuelva sus problemas como pueda. Jesús les replica llamándolos a la responsabilidad. Frente al “comprar”, Jesús propone el “dar de comer”. Al “comprar”, regido por las leyes económicas, Jesús opone el “dar” generoso y gratuito.
Luego, Jesús coge todas las provisiones que hay en el grupo y pronuncia las palabras de acción de gracias. De esta manera, el pan se desvincula de sus poseedores para considerarlo don de Dios y repartirlo generosamente entre todos los que tienen hambre. Esta es la enseñanza profunda del relato. Cuando nos liberamos de nuestro egoísmo, sobra para cubrir la necesidad de todos.
Ante la situación de nuestros Centros, tal vez hoy, también nosotras escuchamos la voz de Jesús llamándonos a la responsabilidad: “dadles vosotras de comer”, “dales tú de comer”. Jesús nos invita a compartir lo poco o mucho que podamos hacer para que nuestros Centros puedan seguir caminando según Dios quiere que lo hagan. No es sólo tarea del Consejo, ni sólo de la Directora, ni sólo de la que tiene mejor salud, ni de la más joven… es tarea de todas. Esta es la alternativa: que todas colaboremos, que seamos capaces de compartir nuestro “pan” para seguir fortaleciendo la fraternidad.
Pusimos en común todo lo aportado por las compañeras e intentamos llegar a presentar algunas alternativas para dar una mejor respuesta, hoy, a nuestras situaciones. La evaluación del encuentro fue muy positiva. Estos días en común nos ayudan a revitalizarnos, a fortalecer el sentido de pertenencia y a llevar a cabo la misión con más energía y esperanza. Con estas actitudes nos volvimos cada una a nuestros lugares con el mandato de Jesús: “Dadles vosotras de comer”.