Textos Litúrgicos:
2 Sam 7,1-5.8b-12.14a.16
Sal 88
Rom 16,25-27
Lc 1,26-38
El Señor quiere habitar con nosotros, en nuestra casa, en familia, en un lugar sencillo, contigo, no quiere una casa para él solo. Le haremos sitio, no lo dejaremos fuera. Le importan las personas, estar cerca, mezclarse como uno más, vivir, ver, escuchar. Quiere comunicarnos también su aliento de vida en la dificultad.
Una nueva familia, una nueva morada, una nueva vida, con nosotros. Fue el mensaje que recibió el rey David. Lo prometido, finalmente cumplido: él quiere ser ‘Emmanuel, Dios con nosotros’ para siempre.
María de Nazaret le abrió la puerta de su casa, de su vida y de su corazón. En nuestro nombre le dijo: ‘Ven, Señor, no tardes, vente conmigo’. La liturgia de este 4º domingo de Adviento, muy cerca la Navidad, nos recordará el origen y sentido de lo que celebramos: es el hijo muy amado del Padre que viene para salvar e iluminar a su gente, para disipar las sombras de muerte y restaurar la esperanza perdida.
El Señor tarda, a veces se hace esperar, algunos desesperan… Él espera siempre nuestra acogida. La Navidad está inacabada, la actualizamos nosotros, seguidoras y seguidores del Señor. Como María le abriremos nuestra puerta y renovaremos nuestro compromiso:
– Cuenta con nosotros, Señor; con tu ayuda queremos ser presencia tuya, tu palabra y corazón, seremos tu vida y tu paz. Habrá quienes precisen ahora más que nunca saber que estás a nuestro lado. Nosotros a veces te alejamos, tú te acercas.
¿En este tiempo de pandemia? Sí habrá Navidad, por qué no. Habrá Navidad con más silencio y soledad, con más pobreza, como entonces en Belén. Sí habrá Navidad. La vida siempre estuvo amenazada, ahora más frágil por este virus maligno. Será una Navidad diferente.
Las residencias y hospitales, en las cárceles y campos de emigrantes, será Navidad de consuelo, amistad y calor gracias a tanta gente buena. En nuestras manos estará ver lo que podemos hacer. Más que palabras o limosnas, presencias.
Inventaremos y aprenderemos algo nuevo. Una Navidad más familiar, con dolor por las ausencias y enfermos, más íntima y fraterna, con menos compras y gastos, no será necesario, pero con más cariño y cuidados. Mejor así. Feliz Navidad.