Por: Secretariado de Formación
Del 18 de julio al 3 de agosto, el Instituto Secular Vita et Pax celebrará su VIII Asamblea General en El Escorial (Madrid), bajo el lema: Vita et Pax al encuentro de Jesús y su Reino, con la mirada de hoy. Somos 24 asambleístas más Javier Vitoria, sacerdote secular de Bilbao, que nos viene acompañando en todo el proceso.
El cinco de noviembre de 2012, hace exactamente nueve meses, Victoria Cañas, nuestra Directora General, la convocaba diciéndonos:
Teniendo en cuenta nuestra propia realidad institucional, queremos seguir discerniendo si respondemos con fidelidad a nuestro Ser y Misión, pensando y actuando como Él y desde Él, y a las llamadas que el Espíritu nos hace desde los acontecimientos y el clamor de la humanidad, para seguir construyendo el Reino de la Vida y de la Paz.
Vivimos en una Europa en crisis, crisis económica y de valores; en África y América, donde asistimos a un cierto progreso por parte de unos pocos, pero al mismo tiempo constatamos la gran brecha cada día más profunda que se sigue abriendo entre ricos y pobres. La violencia y la injusticia no cesan. Cómo desde nuestra mayoría de edad, madurez o juventud podemos seguir sanando y dignificando la vida, haciendo realidad esa fraternidad donde todos tienen cabida.
Una Asamblea constituye un momento de particular presencia del Señor y de su Espíritu. Tiempo de apertura al Espíritu, de dejarnos guiar por Él, dejándole ser el protagonista de nuestra historia, porque “Dios ha visitado nuestra tierra, regándola con agua del Espíritu”(Sal 71) y donde hay Espíritu hay expectación, renovación e ilusión. Él mueve nuestra historia y la hace mirar hacia delante.
La historia de Vita et Pax no ha terminado y a Dios le quedan muchas cosas por hacer y por decir, por hacernos y por decirnos: “Ahora te hago saber cosas nuevas, secretas, no sabidas… de las que hasta ahora nada oíste…” (Is 48,6-7). Dios no es una cita en el pasado; es en el futuro donde tenemos una cita con Dios y desde ahí nos aporta su novedad “¿no lo notáis?”. Esta novedad es para Vita et Pax en su conjunto y para cada una en particular, no importa la edad, no importa su situación…
Dios está haciendo brotar, ya, lo que ahora mismo necesitamos como lo hizo brotar en otro momento: “En la Pascua de 1943 sintieron la necesidad de unirse en una vigilia de oración… una de aquellas jóvenes, la que más tarde sería Directora General del Instituto, decía: No sabíamos nada, sólo sabíamos a Jesucristo; pero sentimos que ALGO se estaba fundando. De estas vivencias nació Vita et Pax”.
Todo el Instituto se pone en manos del Espíritu y reza con las palabras del P. Cornelio, nuestro fundador: “Al iniciar… esta Asamblea… pedimos la asistencia del Espíritu Santo… para prepararnos el esfuerzo inmenso que se hace más intenso. Hemos calentado motores, escogido la pista, control, instrumentos, despegamos… El Espíritu Santo, el primer piloto del vuelo. Buscamos lo que es bueno, lo que es recto, lo que es mejor para Vita et Pax, y sabemos que todo eso y más nos da el Espíritu Santo, dador de la Verdad completa. La verdad del Espíritu Santo: da Vida, da Paz…”.