Por: Chus Laveda. Vita et Pax . Guatemala
Iniciamos nuestro encuentro el día 7 de diciembre, cuando la mayoría de nosotras comenzamos nuestras vacaciones escolares de fin de curso, que acá en Guatemala llegan hasta las fiestas de Navidad.
Este primer día
Ya desde la tarde, lo dedicamos a organizar el encuentro, decorar el espacio que nos va a congregar cada día para los trabajos y preparar las cosas para el primer momento de bienvenida, reparto de tareas, y oración inicial que nos pone a punto para nuestra convivencia que, este año, ha estado motivada por nuestro lema asambleario: “Vida y Paz, un camino de fraternidad en el mundo”.
El día 8, domingo,
Iniciamos con fiesta: celebración de las Bodas de Oro de Oblación de Presen Pérez. Eucaristía celebrada y compartida por el amigo Cirilo Santamaría, testigo de tantos momentos entrañables para nosotras. Recuerdo especial para las compañeras que, a la distancia, también celebran sus Bodas de Oro. Comida especial, encuentro con algunas amigas invitadas… y un rato de trabajo por la tarde para adelantar tareas que guardan relación con nuestra vida institucional.
El lunes 9,
Trabajamos los planteamientos para este nuevo curso sobre el Objetivo institucional, que nos va a hacer reflexionar y seguir avanzando en nuestro deseo de seguir profundizando muestro ser fraternas, entre nosotras y en el medio que nos rodea, donde vivimos y trabajamos. También las compañeras consejeras que nos acompañan, María Jesús Antón y Ramona Tellechea, nos dan algunas informaciones institucionales y observaciones sobre la economía.
El martes 10,
Disfrutamos de un día lúdico donde aprovechamos para pasear por Antigua, una hermosa ciudad colonial y así, ofrecer a las viajeras un paseo turístico muy agradable.
Miércoles 11, día de trabajo intenso.
Tema: Una espiritualidad para una sociedad plural. Maite es la encargada y responsable de preparar y coordinar este trabajo. Nos va planteando el tema de la espiritualidad a través de videos, presentaciones y su reflexión nos ayuda a interiorizar de una manera más nueva y adecuada a nuestro tiempo, la experiencia de la espiritualidad, que no es otra cosa que vivir, experimentar, la presencia de la Ruah, el Espíritu de Dios, en todas las cosas, en todas las realidades cotidianas, en todo el cosmos. Tenemos como referente a Jesús, el hombre del Espíritu. Se nos invita a vivir una espiritualidad de “ojos abiertos”.
Jueves 12, iniciamos el proceso de evaluación y planificación de nuestro Proyecto de Centro y que va a ser el referente que nos compromete a llevar adelante los objetivos fijados para el año. Lo vamos reflexionando y elaborando con la participación de todas.
Viernes 13, pasamos el día con el tema del eco-feminismo. Nos acompaña nuestra amiga Cinthia Méndez, mujer profunda, teóloga y experta en el tema. Lo conoce, lo vive, lo proyecta. Nos hace ver, a través de ejercicios personales, dinámicas, textos y danzas, la vinculación que existe entre el ser humano y la naturaleza, de manera particular el ser de las mujeres.
Realizamos la “caminata cósmica” un ejercicio que nos lleva a los orígenes del cosmos y nos hace recorrer la historia y evolución del mundo y los seres humanos. Nos permite tomar conciencia de nuestro ser más profundo y nuestro compromiso con el cuidado de la casa común. Lo hemos dañado con nuestras conductas destructivas y hemos de comprometernos con revertir, en la medida de lo posible, el daño causado.
Sábado 14 está dedicado a tareas institucionales, seguimos con la revisión, evaluación de las tareas realizadas durante este año a nivel de Centro y a proyectar nuevos compromisos para el año que comienza. Hacemos la calendarización de nuestras reuniones de Centro y reparto de tareas.
Domingo 15, nuestra convivencia llega a su fin, pero aún aprovechamos este día para completar nuestro Proyecto de Centro, fijar objetivos que guardan relación con nuestra realidad guatemalteca y entre nosotras, para seguir creciendo y profundizando aquellos aspectos que nos van a llevar a una mayor integración y una más sana fraternidad. También hacemos la evaluación de esta convivencia.
Cada día lo hemos finalizado con una oración preparada por nosotras y que nos ha permitido reflexionar, desde la fe, los contenidos y temas de cada sesión. Hemos disfrutado de la belleza de los símbolos y expresiones mayas que nuestras compañeras guatemaltecas nos han regalado diariamente.
Hemos trabajado, convivido. Compartido sesiones de cine que nos han hecho disfrutar, también gozado de la presencia, el apoyo y la escucha de nuestras compañeras consejeras. Acogido sus preocupaciones y propuestas. Hemos intentado que, también ellas, disfrutaran de su estancia en Guatemala.
Y hasta aquí esta breve crónica de nuestra convivencia. Compartiendo con todas vosotras, lo que es de toda nuestra familia institucional.