De las Armas a los Aperos de Labranza
I Domingo de Adviento
Por: Paky Lillo. Vita et Pax. Alicante
Textos Litúrgicos:
Is 2, 1-5
Sal 121
Rom 13, 11-14
Mt 24, 37-44
Lo primero que nos dice el Profeta Isaías, es que para alcanzar la justicia es necesario poner en juego otros medios que no sean instrumentos que provocan daño, que provocan sufrimientos… que provocan la muerte. Así no se consigue la armonía entre los pueblos. Tenemos como ejemplo tantas guerras que no acaban y como más cercana la guerra entre Ucrania y Rusia, no se ve que haya ninguna ventaja para ninguno de los pueblos, solo sufrimiento.
Pero si nos fijamos, en nuestra vida cotidiana también hay pequeñas guerras o guerrillas que ahogan la estabilidad dentro de nuestros contextos y hacen sufrir; tiene razón el profeta, habrá que convertir las espadas en arados y las lanzas en podaderas. Se nos olvida que lo más importante es la PAZ.
Los arados y podaderas favorecen la vida, y vida abundante para todos. Éste es el plan de Dios.
Estamos en momentos difíciles y algo oscuros, como si fuera de noche. No dejemos que la rutina y el “hacer” de otros nos frene, hay que romper con algunas formas de actuar, de resolver situaciones y fijarnos en cómo Jesús resuelve las situaciones conflictivas y en cómo antepone, ante todo, la necesidad de la alegría, de la felicidad… para todos.
Jesús nos ha dejado muchos momentos donde nos pide que estemos con Él, que le sigamos, que no tengamos miedo, que Él está con nosotros, que no nos sintamos solos/as…
La utopía de Jesús sigue su camino
La utopía de Jesús sigue su camino, está en ello. Es cierto que hay muchas cosas por las que luchar, y muchas cosas que cambiar. Pero también es cierto que si miramos hacia atrás hay que reconocer que muchos de los aspectos sociales han cambiado, que estamos en otro momento y que seguimos cambiando.
En este primer domingo de adviento es un buen momento para acogerlo, viene de nuevo, quiere entrar en nuestra vida, quiere comer con nosotros. El adviento es un tiempo de esperanza, esperanza en que no todo está mal, no todo va mal. No dejemos de ver los movimientos de solidaridad importantes, los deseos de continuar con el lema de que “saldremos si vamos todos juntos”, el lema de “que nadie se quede atrás”.
Es momento de abrirse a la comprensión, a la tolerancia, a la fraternidad. Reconozcamos que somos más sensibles al sufrimiento del otro, toleramos menos las injusticias, salimos a la calle en defensa de los que sufren….
Abandonemos nuestra dualidad y sintámonos parte de todo lo que nos rodea y forma nuestro mundo: el campo, la ciudad, el otro…. Formamos parte de todo y de todos. Sigamos aumentando nuestra capacidad de Amar, porque es el Amor el que nos da la Vida.