Por: Maite Menor. Vita et Pax. Guatemala
5º domingo de Cuaresma, Ciclo B
Mirar nuestro mundo en estos tiempos de profunda crisis y no sólo económica, es constatar lo enfermo que está… injusticia, insolidaridad, egoísmo, corrupción, violencia, manipulación, guerras, marginación, desigualdad, machismo, explotación desmedida de los recursos naturales, etc. Es la prueba fehaciente de cómo los seres humanos podemos vivir cuando nos olvidamos de los valores que humanizan y dignifican, cuando nos olvidamos del único principio absoluto que no tiene excepción que es el respeto a todos los seres humanos. Sí, nuestro mundo, definitivamente, está enfermo pero el aliento de la Ruaj todavía sopla y se puede decir que aunque enfermo todavía respira por las narices de Dios, su soplo y su aliento todavía, sostiene nuestro mundo.
Jeremías nos anima la esperanza de que otro mundo es posible si vivimos desde D**s, un mundo donde los humanos nos tratemos como tales y donde unos pensemos en los otros para que todos tengan vida y vida digna. Esta Cuaresma puede ser un tiempo para detenernos, para dejarnos penetrar por D**s y que grabe en lo más profundo de nuestro ser, su “ley”. D**s quiere escribir en nuestros corazones su ley del amor concreto que se traduce, en respeto, justicia, solidaridad, igualdad, apuesta por la vida pero una vida para todos los seres que habitamos la tierra. La tarea no es fácil, el mismo Jesús nos lo recuerda en el evangelio de Juan. “Si el grano de trigo no cae en tierra, queda infecundo pero si muere, da mucho fruto”. La apuesta por otro mundo que sea hogar para todos y todas, significa que tenemos que dejar de vivir de una manera individualista y mirar hacia los que no gozan de esa vida digna.
Hoy nuestro mundo necesita de personas seguidoras de Jesús que estén dispuestas a ser tan coherentes como lo fue Jesús hasta el final. A Jesús le mataron por ser coherente, porque no se retractó de lo que dijo y porque vivió los valores en los que creía. Sabía lo que su Padre quería, conocía el proyecto que D**s tiene sobre la humanidad y lo transmitió a los cuatro vientos, les gustara o no a los oyentes. Jesús con su vida y su mensaje nos invita a vivir el sueño de D**s, a renovar la utopía del Reino, a trabajar porque toda la humanidad tenga esa vida digna que D**s quiere para todos los seres humanos. La cuaresma es un tiempo de conversión y aun estamos a tiempo ¿vamos a dejar pasar esta oportunidad?
Está próxima la celebración de la Pascua, que realmente sea un paso de D**s por nuestras vidas, que la vida de Jesús, su mensaje, su muerte y su resurrección, nos impulse a generar vida y vida abundante para todos y todas. Entonces D**s será realmente nuestro D**s y nosotras seremos su pueblo.